Un refuerzo de lujo tiene el San Isidro Club. Y como sucedió en 2008 un “Puma de Bronce” volvió a pisar las canchas porteñas para cerrar un ciclo con el rugby y comenzar a quemar sus últimos cartuchos.
Así como hace cuatro años atrás lo hicieron Manuel Contepomi, Martín Durand y Gonzalo Longo, ahora el que vuelve a calzarse la camiseta del equipo que lo formó es Santiago González Bonorino. Aunque su historia es distinta porque el Chato había dejado momentáneamente la actividad a principios de 2010 por una serie de lesiones en la espalda que no lo dejaban jugar en plenitud, y por la cual tuvo que hacer una pausa en su carrera.
Su vínculo con el rugby en ese lapso lo encontró en el Club Buenos Aires, donde estuvo dos años; uno como colaborador de los forwards y el otro ya instalado como entrenador. Pero a González Bonorino le picó el bichito y de a poco se fue preparando para volver a las canchas con el SIC. La verdad es que todavía quería jugar un rato más. Después del Mundial me quedé jugando unos años en Inglaterra (Leicester y Northampton) y cuando volví andaba medio mal de la espalda. Ahora estoy físicamente bien, comenzó a contar el Chato en una charla exclusiva con al-Rugby.com después de haber jugado dos partidos en la Preintermedia del Zanjero.
Su expresión y sus gestos a la hora de hablar dejaban en claro que al Chato la ovalada le seguía tirando y por eso, a pocos días de cumplir 37 años, decidió descolgar los botines y calzarse los cortos nuevamente para despuntar el vicio y cumplir su objetivo de completar un año rugbístico en el club de sus amores.
-¿Cómo surgió lo de tu vuelta?
-Es algo que siempre estuvo en mi cabeza y esos dos años que estuve alejado de las canchas jamás pensé en el retiro. Me tocó irme varias veces del club y a los 32 años lo hice por última vez y desde ese momento siempre soñé con volver. Esta tempo-rada se dio ese sueño porque físicamente me siento bien, entonces decidí comenzar a entrenarme con mis compañeros. Lo tomo con tranquilidad y no me pongo tiempos.
-¿Qué sentiste el día que te volviste a poner la camiseta del SIC?
-Fue algo espectacular, tenía una emoción muy grande. No jugaba con esta camiseta desde el 2006 (NdR: victoria 13-8 ante Belgrano) y siento que fue un objetivo cumplido.
-¿Y la idea es ir de a poco, escalón por escalón? Porque hace dos domingos que venís jugando en la Pre, el próximo quizás en la Inter y pronto ya estarías para Primera.Teniendo en cuenta las bajas que tiene hoy el SIC, es una posibilidad, ¿o no?
-No, de a poco. No pienso en eso. Me pongo objetivos cortos. La idea es jugar y divertirme. Es cierto, estoy con muchas ganas, pero el SIC tiene un plantel enorme, con chicos con mucho futuro. Yo estoy a disposición de los entrenadores y la idea es sumar desde donde me toque.
-Jugar con tu hermano Juan Pablo también, tal vez…
-Ah sí, sería bárbaro, un sue-ño a cumplir. Aunque mi regreso es más que nada para poder completar una temporada completa en el SIC. Siempre por uno u otro motivo me terminaba yendo o dejando. Igualmente no te voy a mentir: el deseo de jugar en la primera con Juan Pablo está.
-El domingo se dio un hecho particular. Jugaste contra Buenos Aires, equipo que entrenaste el año pasado. ¿Qué sensaciones te pasaron cuando saliste a la cancha a jugar el partido?
-Sí, fue raro. El año pasado estuve dándole una mano a mi amigo Juan García Iturralde y ahora enfrentarlos fue extraño. Pero fue una linda experiencia poder vivirlo del otro lado, más allá de haber recibido alguna broma por parte de la gente de Biei.
-¿Qué fue lo que más extrañaste?
-El día a día en el club. Vivir cosas, compartir los entrenamientos, jugar en la Primera del SIC.
-En tu trayectoria acumulás tres títulos en la URBA, ¿te ilusiona conseguir uno más teniendo en cuenta el presente del San Isidro Club?
-Uh… sería la frutilla del postre. De los tres títulos que tengo, el de 1999 es el único donde pude estar toda la temporada porque los de 2002 y 2004 no los jugué por completo. Conseguir uno más, junto a mi hermano, sería espectacular.
-Con el inicio del torneo se habló que este perdió calidad porque sus mejores jugadores están jugando en Los Pampas o se fueron a Europa. ¿Creés que tu aporte en la cancha y la de Nacho Fernández Lobbe como entrenador le dan un valor extra?
-Sí, esa es una realidad; el torneo de la Unión de Rugby de Buenos Aires no es el mismo de hace unos años atrás. Los mejores jugadores no están. Igual pienso que se puede tener un torneo mejor independientemente de quién esté. Por el lado de Nacho, no tengo dudas de que le va a aportar mucho a Biei, y en cuanto a mí tal vez mi cuota esté por el lado de la experiencia.
Las palabras del Chato terminaron de darle forma a la historia de su tan ansiada vuelta al rugby de Buenos Aires y para el pilar esto ya es una alegría enorme.
Actualmente se lo puede ver en Preintermedia, paso a paso, jugando por los porotos y disfrutando ese momento tan deseado por él. Hoy, el sueño que rondaba por su cabeza desde hace cinco años atrás se hizo realidad.
Meverásvolver. El Chato González Bonorino se puso nuevamente la camiseta del conjunto zanjero.
Por: Sebastián Maidana
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