Su presencia es magnética. Seguramente él lo sabe, porque cuando entra al luminoso salón en el piso 20 de un hotel céntrico, todas las miradas apuntan a él y se carga de energía el ambiente.
Sonríe y saluda. Frente a todos y con mucha naturalidad se cambia la corbata por una que usarán los cinco que se sientan en la larga mesa principal.
Todos fuimos a escuchar a Sir Graham Henry, seguramente el entrenador más influyente de los últimos 25 años en el rugby mundial. Sonríe y saluda a quienes les estrechan la mano; luego se sacará fotos con algunos de los presentes. Se ríe de su fama. La lleva con naturalidad.
En la conferencia de prensa contesta todo lo que se le pregunta. Usa su reconocida ironía en algunas respuestas, algo que la eficiente intérprete a su lado no termina de traducir correctamente. Salvo eso, el ida y vuelta es casi perfecto para los que no manejan el inglés.
Para quienes lo manejan, están frente a un Henry auténtico. Un gran coach. Irónico. Divertido. Claro y conciso. En definitiva, un hombre de rugby.
Tengo una enfermedad y es el rugby. Está en mi sangre, dice Henry sentado entre Santiago Phelan y Luis Castillo, el mandamás de la UAR. Completan la mesa Manuel Galindo y Francisco Rubio, quienes se mantienen silenciosos a lo largo de los 37 minutos que dura la conferencia.
Al terminar el encuentro, gracias a la gestión de la misma UAR que lo contrató, Henry tiene otros tantos minutos en exclusividad con Al Rugby. Entre ambas charlas, dejó todo esto:
Es un privilegio estar aquí; estoy feliz de tener la oportunidad de ayudar. Disfruto del rugby, de entrenar y de poder asistir a Tati y su equipo.
Mi rol tiene dos aspectos. Primero, junto con Pancho Rubio y su equipo analizaremos lo que están haciendo en el Alto Rendimiento en las cinco provincias. Mi carrera de entrenador la empecé con el equipo de mi colegio, entrené el seleccionado colegial, Auckland Desarrollo, Auckland, Gales, los British Lions y los All Blacks: creo ser el entrenador vivo que más conoce el alto rendimiento y sé que puedo aportar.
En el alto rendimiento es importante que cada jugador tenga un plan individual y que sea responsable. Es un mapa de su vida y es él quien debe revalidarse diariamente.
Es importante que los jugadores en la etapa de desarrollo tengan mucha actividad. En el 90 traje un Auckland Desarrollo a Argentina en lo que fue la primera de mis cinco visitas. Un equipo joven que jugó contra equipos fuertes, de adultos. Muchos luego fueron All Blacks. Aprendieron en la competencia porque el Alto Rendimiento de esa época era muy distinto.
Por lo que vi, se están haciendo bien las cosas. Es siempre un desafío el alto rendimiento y el tiempo es el que termina marcando su éxito.
Respecto a mi función en Los Pumas, estoy para discutir ideas con Tati y los jugadores pero no me verán en el campo de juego. Para poder estar acá, necesité el permiso de la Unión de Rugby de Nueva Zelanda, con la que tengo un contrato como mentor de entrenadores del Súper Rugby. Y ellos son claros en lo que puedo y no puedo hacer. No voy a faltarle el respeto a quienes respeto.
Argentina jugará contra tres de los cuatro mejores equipos del mundo y esos son los desafíos que necesita. Se mejora jugando con equipos más fuertes.
El mayor reto de Los Pumas es hacer más tries, y ya estamos viendo cómo. Los Pumas defienden bien.
Conozco bien al jugador argentino. Tiene carácter, entrega, corazón. Juega por el compañero y no se entrega. Además están el scrum y la defensa como estandartes, pero necesita marcar tries.
Ojalá algunas de las ideas que traigo sean disparadores para que los entrenadores puedan producir algo de lo que todos podamos estar orgullosos. Mi rol es desgranar el juego con ellos y analizar las distintas variables y variantes.
No hubiera aceptado trabajar con Inglaterra, Sudáfrica o Australia. Fue una decisión sencilla de tomar y no haría esto con otros. Acepté el ofrecimiento de Argentina porque era un buen desafío y me interesa ayudarlos a seguir creciendo.
Veo al rugby argentino en un buen estado. Tuvo dos buenos mundiales y pueden competir en el alto nivel. No hay que estar asustados de competir en el Rugby Championship.
No les voy a decir que pueden ganar tres, cuatro o los seis partidos. Digo que tenemos que estar orgullosos de jugar contra tres de los mejores cuatro equipos del mundo. En los All Blacks no hablábamos de ganar sino de jugar bien; no voy a cambiar ese discurso ahora.
Por suerte, no soy más el head coach, así que no tengo la presión encima mía.
Creo que siete semanas de mi presencia serán suficientes para este primer año. Es el tiempo que tengo disponible. Pero luego analizaremos cómo funcionó y si podemos extender esta relación. Ya estoy muy cómodo en este ámbito de rugby argentino.
En el Rugby Championship hay que jugar al rugby. No tengan miedo, sean positivos, abracen la oportunidad que tienen. Que no los inhiba. La gente debe entender que es una oportunidad única.
Por: Frankie Deges
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