Sebastián Perasso, autor de la serie de libros Rugby Didáctico, tendrá un espacio semanal en CORDOBAXV para expresar todos sus conocimientos sobre el deporte de la ovalada. La historia, sus valores, aspectos técnicos y conocimientos generales.
La automotivacion es la capacidad de incorporar energía positiva, es decir de empaparse de emociones positivas como ser la diversión, la alegría o el optimismo. Para una gran mayoría representa la habilidad mental más importante de un deportista.
La realidad indica que en un deporte como el rugby que tiene un aspecto mental muy importante, un jugador motivado esta en condiciones de mejorar sensiblemente su juego, porque se prepara mejor y le dedica más tiempo al deporte que practica.
Por otra parte, absolutamente todos saben de la importancia de tener jugadores de rugby motivados, pero el dilema más importante radica en como debe hacerse para conseguirlo.
El tema de la motivación es un asunto absolutamente complejo y el coach no siempre tendrá éxito en mantener al jugador motivado utilizando la misma receta. Ello se debe a que no hay formulas mágicas ni predeterminadas para todos los casos. Sin embargo, existe una guía general que cualquier entrenador debería conocer para mantener o incrementar la motivación:
– Conocer a sus jugadores
– Conocer los objetivos de sus jugadores
– Tener una actitud positiva en la enseñanza.
El conocimiento de los jugadores es vital para hallar el camino más adecuado para motivar. Cada jugador es único, por lo que no habrá una receta igual para todos. Asimismo, ese conocimiento puede lograrse a través de conversaciones individuales o también por intermedio de reuniones con todo el plantel. Con ese conocimiento se tendrá un mejor panorama de como lograr la forma de motivar y de atender a las necesidades psicológicas específicas de cada uno.
Además, conocer los objetivos que persiguen sus jugadores es también sumamente importante.
En este caso, deberá analizarse por ejemplo, si los jugadores que practican rugby lo hacen para divertirse o para relacionarse y estar con amigos o simplemente para lograr un buen estado físico.
Sería imposible motivar a un jugador que solo quiere ganar, inculcándole que el hecho de hacer buenas practicas contribuye a su bienestar físico y psicológico por ejemplo.
En divisiones infantiles por ejemplo, se deberá ser muy cuidadoso porque por lo general divertirse y relacionarse con los demás es el objetivo primordial que ellos persiguen. En este caso, la motivación no deberá estar enfocada a objetivos como la superación personal ni la búsqueda de la excelencia deportiva.
En plena etapa formativa el jugador infantil se motiva combinando la enseñanza con juegos recreativos. Así, fomentar el buen humor en las prácticas, usar ejercicios dinámicos y entretenidos pueden ser útiles a esos fines.
En conclusión, solo conociendo la finalidad que persiguen sus jugadores, el entrenador estará en condiciones de tomar las mejores decisiones para motivar.
Por último, tener una actitud positiva en la enseñanza significa enfocarse y tener un trato positivo con sus dirigidos. En ese sentido, el reconocimiento hacia el jugador traducido en palabras de aliento, una palmada o un gesto de aprobación constituyen una gran fuente de motivación.
Se debe ser cuidadoso en intercalar entre elogios recomendaciones tendientes a la corrección de los errores cometidos, pero por supuesto deberá tenerse en cuenta las ocasiones y los jugadores involucrados.
Encontrar el grado de motivación ideal constituye un tema central en la tarea del entrenador. Debe apuntar a lograr el nivel óptimo de motivación o estimulación emocional en sus jugadores a fin de lograr el máximo rendimiento posible. Es lo que se llama PSYCH-UP (estar enchufado, mentalmente preparado).
Si un equipo posee un bajo estimulo emocional (desmotivación) su desempeño estará lejos del ideal. Asimismo, un exceso de estimulación resultaría también contraproducente. La sobreestimulacion es lo que se llama PSYCH-OUT (que significa shoqueado o bloqueado).
Los niveles elevados de motivación generan en el jugador un “estrés competitivo”, donde, lejos de estar relajado, tendrá tensión muscular, perdida de control y “timming” y una visión estrecha. Por ello, es tarea de los entrenadores que sus jugadores aprendan a controlar sus excitaciones o estimulaciones.
En partidos importantes o definitorios la ansiedad y nerviosismo propio de esas circunstancias, pueden crear presiones extra sobre el jugador e interferir en el nivel óptimo de motivación. En esos cotejos suele aparecer el estrés competitivo producto de la sobreestimulación.
En virtud de ello, ante un gran partido hay pautas que deberán tenerse en cuenta:
– No cambiar en forma significativa nada de lo que haya resultado positivo hasta el momento.-
– No incorporar a ultimo momento mucha información sino paulatinamente.-
– No introducir conceptos nuevos, que no hayan sido practicados con la debida anticipación.-
La motivación es un mecanismo complejo. Por ello, deberán tenerse en cuenta las circunstancias o situaciones especificas que atraviesa el jugador o el equipo; el momento adecuado; las características del jugador (no es lo mismo un jugador experimentado que un jugador novato) etcétera.
Por otra parte, cada jugador tiene un nivel óptimo de estimulación ligeramente diferente, por lo que a algunos una frase de aliento lo motivará sobremanera y por el contrario es posible que a otros les resulte indiferente.
A su vez, las distintas y variadas destrezas en este deporte tienen niveles distintos de estimulación óptima.
Esta claro que no es lo mismo el nivel de estimulación que necesita un primera línea para formar un scrum, que la que necesita un pateador antes de una conversión decisiva. La relajación muscular debe ser mucho mayor en este último caso.
Otra vía para lograr la motivación es teniendo éxito en las metas que se fija un jugador. Por ello, es de vital
importancia trazarse metas de cumplimiento posible.
No hay duda que el éxito (entendido como el cumplimiento de las metas u objetivos) es el factor que da energía, confianza y motivación en cada actividad que se emprende. Por ende, establecer las metas u objetivos adecuados es fundamental para motivar a un jugador o equipo.
El éxito en las metas trazadas son las que lo llenarán de motivación para encarar cada partido o entrenamiento de la mejor manera posible.
Por Sebastián Perasso
(Autor de la serie de libros Rugby Didáctico)
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