El verdinegro fue torazo en rodeo ajeno y sin dejar dudas se alzó con la victoria por 28-17, una diferencia que pudo haber sido mayor si el equipo verdinegro no se desorganizaba tanto en el final del cotejo.
Duendes llegó a Tortuguitas con un solo objetivo: lograr la clasificación a la siguiente ronda del Nacional de Clubes. Pero para que ello ocurra, la única manera de conseguir el pasaporte era con una victoria ante Alumni ya que otro resultado lo dejaba afuera de la charla. Lejos de sentir la presión por conseguir un buen resultado, el verdinegro fue torazo en rodeo ajeno y sin dejar dudas se alzó con la victoria por 28-17, una diferencia que pudo haber sido mayor si el equipo verdinegro no se desorganizaba tanto en el final del cotejo.
Paciencia, orden, control y definición en los momentos justos fueron los mayores atributos que ayer mostró Duendes en un partido que resultó muy intenso pese a que Alumni no presentó todo su potencial. Sin embargo fue a partir de una sólida defensa que el conjunto del barrio Las Delicias, una vez más, comenzó a edificar la victoria.
El encuentro arrancó con dos equipos midiendo fuerzas, probando variantes para encontrar el lado flojo de su rival. Duendes estuvo muy atento en la marca pero a su vez, cuando tuvo algún hueco, mostró su vocación ofensiva.
Alumni fue levemente mejor en los primeros minutos, cuando Duendes todavía se estaba acomodando en el terreno. Con un penal rompió el cero pero la alegría le duro poco ya que Alvaro Fulco embocó un drop y equilibró la balanza. Posteriormente Alumni tuvo dos ocasiones claras de desnivelar pero falló en las tomas de decisiones. Las oportunidades les eran muy propicias ya que jugaba con pelotas recuperadas, pero los contraataques rojiblancos no prosperaron porque en ambas decidieron patear la pelota en vez de jugar con la línea cuando Duendes estaba muy descompensado en el fondo. Esas acciones sirvieron de llamado de atención para que los rosarinos ajustaran las marcas y no pasaron de un susto.
Luego el juego se trasladó a campo de Alumni y Duendes cuando tuvo su posibilidad de marcar no la desaprovechó. A Bottini le taparon un kick en el sector derecho de la cancha y la pelota viajó hacia la punta izquierda, lugar donde la tomó Juan Imhoff quien tras una notable carrera apoyó el primer try del partido sobre la media hora de juego. La anotación fue una inyección anímica importante, ya que Duendes se instaló en campo rival y provocó dos penales con los que Miralles puso el parcial 16-3.
El primer tiempo dejó todos los indicios de que Duendes terminaría la tarde sin problemas y el try de Pedro Escalante, en el arranque del complemento lo certificó.
Herido en su amor propio, Alumni salió a vender cara la derrota aunque se repitió en el juego y le costó superar a una defensa bien organizada.
En el último cuarto de hora, Duendes se descuidó, no mostró la solvencia que había mostrado hasta entonces y lo pagó con dos tries de Arocena que opacaron en cierta medida la inobjetable victoria de ayer. Hoy es una anécdota más. Lo cierto es que Duendes llegó a Tortuguitas para llevarse la victoria y lo hizo, reafirmando que no hay nada peor que un fantasma obstinado.
Fuente: Diario La Capital – Rosario / Foto: Rugby Fun