El seleccionado mayor de la URBA fue de mayor a menor y se despidió en semifinales ante Tucumán en el Campeonato Argentino de Uniones. El conjunto porteño otra vez se quedó sin nada.
Se acabó el año competitivo para la URBA y la gran victoria de CUBA consagrándose como campeón del Top 14 todavía retumba en el ambiente. El equipo que a partir del año que viene mantendrá como head coach a Rulo Lasala (tras la baja de su amigo y compañero Tomás Cóppola, que ya no será de la partida) marca a las claras que este proceso in crescendo del club deVilla de Mayo en cuanto a juego va a tener su continuidad durante 2014 y eso es algo que los cubanos celebran. Plantel y juventud es lo que abunda y si a eso se le suma la existencia de ciertos aires renovadores en el seno de un club por demás tradicional, pues eso también es algo para destacar.
Sin dudas, la consagración cubana fue un hito de esta temporada como también lo fue el invicto del CASI y su punto más alto, que fue la victoria por un histórico resultado ante el SIC. Este hecho – el invicto del CASI- se convirtió en un objetivo de muchos clubes y fue Liceo Naval -en su temporada de rugby más descollante de toda su historia- quien se encargó de cortarlo. Tan bueno fue el año para los de Núñez que hubo doblete en La Catedral para los del William, porque además de quitarle el invicto al dueño de casa se alzaron allí también con el Seven de la unión, jugando de excelente forma.
El seleccionado mayor de la URBA tuvo un muy buen despegue en el Campeonato Argentino, pero un aterrizaje forzoso en la última parte del mismo. La eliminación en semifinales ante Tucumán estaba en los papeles o podía estarlo teniendo en cuenta la magnitud del rival, pero la derrota ante un Rosario que tuvo más hambre para ganar ese partido -el que marcó las posiciones de primero y segundo en la zona- fue el sacudón más grande e inesperado para un equipo que necesita recuperar protagonismo tanto como el cetro nacional, que se le niega sistemáticamente desde hace ya muchos años. Esto será seguramente motivo de charlas en la Unión, del staff de entrenadores y habrá que insistir, machacar y solidificar a un grupo de jugadores que entienda el valor y el orgullo que significa ponerse la camiseta blanca, azul y bordó y su significado. Habrá que ajustar el calendario no tan bueno o no al menos, el deseado. Las expectativas de los entrenadores y de los jugadores, eran más altas. Evidentemente, este hecho significó uno de carácter negativo para un 2013 que se creía podía cambiar la tendencia de los últimos años.
Queda todavía el Seven de la República – las Águilas defienden el título- como torneo que le permita a la unión más grande del país mantener el status quo y empezar a pensar en 2014 rápidamente.
Por: Eugenio Astesiano
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