Sebastián Perasso, autor de la serie de libros Rugby Didáctico, tendrá un espacio semanal en CORDOBAXV para expresar todos sus conocimientos sobre el deporte de la ovalada. La historia, sus valores, aspectos técnicos y conocimientos generales.
La técnica del scrum de cualquier sistema así como nos ha dado permanentes satisfacciones, nos obliga a considerar las enseñanzas recibidas de manera permanente y efectiva, tratando de no perder el concepto siendo respetuosos en el reconocimiento del avance del rugby argentino en esta formación.
Todo conjunto que pretenda éxito en su juego, debe tratar por todos los medios de sincronizar la suma del aporte individual al conjunto.
De otra forma el fin común será solamente una expresión de deseo que a un gran esfuerzo, producirá pocos resultados.
Dicho de otra forma, con Hooking o sin el, se deberá organizar el juego de scrum.
En rugby todo se hace para bien del equipo, siendo el nuestro un juego colectivo por excelencia, donde en cada logro todos tienen que ver.
Este concepto absoluto del rugby nos obliga a sumar los aportes individuales al conjunto ORGANIZADAMENTE, para el éxito del equipo, dentro de un sistema de juego que haga sobresalir las virtudes de cada uno a la vez que disimule sus defectos.
Y el scrum es el principio de todo lo demás, donde su manera de jugarlo nos está mostrando la forma de encarar todo el juego en sus múltiples alternativas, para tener mayores posibilidades de lograr un buen equipo.
En primer lugar es mi intención resaltar los componentes a tener en cuenta, antes de avanzar en otras particularidades.
El sistema técnico para el scrum se compone de tres principios absolutamente relacionados entre si:
1 – Técnica individual
2 – Técnica de conjunto
3 – Técnica de empuje
Ello significa que para tener un buen scrum, deberemos desarrollar y llevar a la práctica los tres principios dándoles la misma importancia, en la seguridad que integran un todo de cualquier sistema y que al fallar en alguno de los tres, TODO EL SISTEMA FALLA.
Estos tres principios de la técnica de scrum se interrelacionan a través de un movimiento: FLEXIÓN.
Ese movimiento de flexionar no es otra cosa que un envión, para que por medio de la fuerza de las piernas transmitamos un empuje para adelante, provocando una serie de contratiempos al oponente, que nos permitirá que su empuje se vea debilitado, como así también que su velocidad en el hoocking sea demorada, haciendo posible ir para adelante naturalmente.
Se trata de sumarle técnica de un lado, a dos fuerzas enfrentadas que pretenden el mismo objetivo: empujar más que el otro y desplazarlo.
Cuando hablamos de scrum, decimos que el empuje debe ser explosivo. Lo que estamos diciendo de alguna manera, es que debemos dar un empujón. El envión o flexión es exactamente eso, un empujón, o sea UN EMPUJE EXPLOSIVO.
Si a dos fuerzas encontradas de similares potencias y en posición de empuje, de una de ellas pretendemos que avance sobre la otra, convertiremos la acción en una especie de pulseada que provocará un gran desgaste de energía, sin lograr lo que nos proponemos.
Si en cambio, para lograr lo propuesto, a una de las fuerzas la hacemos tomar envión sobre un punto de apoyo (FLEXIÓN), lograremos sobre el empuje de una de ellas, un empujón de la otra, provocando el desequilibrio. Ese envión o empujón no es otra cosa que la consecuencia de la flexión.
Al flexionar desde una posición estática, estamos iniciando el movimiento de EMPUJAR ADELANTE DE MANERA EXPLOSIVA con fuerza coordinada y organizada, logrando efecto en nuestro pack y provocando defectos en el oponente.
Al flexionar y empujar, nuestra primera línea provocará serios contratiempos a la primera línea rival, haciéndoles perder solidez.
A un pack sin técnica y organización, al flexionar y empujar, lograremos apretar a su hoocker contra el suelo, demorándolo en su afán de enganchar la pelota, al hacer más lentos y dificultosos sus movimientos por falta de espacio entre su cuerpo y el suelo.
Asimismo, al flexionar y empujar, nuestra primera línea logrará con la presión de sus cabezas, desacomodar a los pilares oponentes, haciéndoles perder estabilidad, hoockeando o no.
Las nuevas reglas deben ser aprovechadas en toda su dimensión sin temor, sabiendo y comprendiendo que lejos de provocar debilidad en cualquier sistema lo revitaliza, obligándolo a prestarle mucha atención.
La variante fundamental es que permite al hoocker sacar su pierna una vez que la pelota salió de las manos del medio scrum, sin necesidad de esperar su pique. Para los hoockers es una verdadera tentación, predisponiéndolos a formar en tal posición que se encuentren cómodos para enganchar la pelota lo más rápido posible.
Un somero análisis, indica que arrastrarán en su cometido a los pilares y con seguridad influirán sobre la correcta formación de los segundas líneas, debilitando la unión y fortaleza de su pack.
A mi entender, el cambio de reglamento ha venido a reafirmar la organización de los sistemas de scrum, dependiendo su éxito de nosotros mismos.
Por Sebastián Perasso
(Autor de la serie de libros Rugby Didáctico)
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