Los Pumas ganaron en el juego, aunque no así en el marcador. El equipo conducido por Daniel Hourcade fue sólido y con una idea que ilusiona de cara al futuro.
El sábado en Salta se vivió algo parecido a una montaña rusa de emociones. Desde lo que parecía iba a ser ese difícil primer triunfo Puma en el Rugby Championship al dolor de haber quedado en la puerta hubo de todo.
El calor norteño hizo del Padre Martearena, pequeño y coqueto estadio, una caldera. Hubo gente de Paraguay, chilenos que cruzaron los Andes desde Iquique, cientos de tucumanos, muchos jujeños; dos periodistas de Comodoro Rivadavia fueron las que más lejos viajaron para estar en Salta. En definitiva, este torneo hace que los fanáticos se desplacen para disfrutarlo sin importar las distancias. Para el norte argentino fue importante recibir el Rugby Championship.
Los Pumas llegaron a Salta el lunes; vivir en la ciudad donde se juega el partido genera lazos y vínculos con los locales. Hubo oportunidades para que los hinchas de los cinco clubes de la ciudad puedan ver de cerca a un equipo que cambió su forma de relacionarse con la gente. Esto quedó bien reflejado en las redes sociales tanto de los jugadores como de los salteños.
El viernes, en la visita al estadio, se notaba que Los Pumas estaban bien, tranquilos. Uno de los objetivos primarios para este torneo y lo que queda de acá al Mundial es armar un grupo humano positivo. A eso hay que agregarle un plan y una idea de juego; el tiempo está marcando que el camino es el correcto.
Esa noche, en un gran asado organizado por los periodistas locales, mucho se hablaba de las chances argentinas. Y aquí algo que está generando este equipo: más allá de que todos pretenden que ganen, se tiene real confianza en sus chances.
Mientras el equipo precalentaba a una hora del partido, Hourcade tranquilo se escabullía a fumar un cigarrillo y con la sonrisa dibujada saludaba a quienes se le acercaban. Esa paz que transmitía calmaba ansiedades de quienes con él se cruzaron.
Arrancó mejor Argentina y cuando le robó el primer line a Sudáfrica ya se notó que era lo que venían a hacer: ganar. De ahí vinieron los primeros tres puntos. De un line rápido llegó después el drop de un Juan Martín Hernández que volvió a buen nivel. El ex fullback y apertura no estaba convencido de su nuevo cambio de puesto. Fue lo que Hourcade quería que fuera: un apertura bis.
Una chance de try se perdió con un pase forward que dejó dudas. Por la misma punta, con Montero recibiendo un pase perfecto de Hernández y quebrando un tackle, llegó el primer try argentino. Los Pumas estaban jugando el rugby que venían entrenando. Ese de extrema velocidad, de control y de inteligencia.
Por querer hacer tries, a veces te hacen tries, diría después el entrenador. Llegó el primer golpe con una desinteligencia en ataque y la velocidad de Bryan Habana. Caro el try ya que se golpeó Pablo Matera y no volverá jugar en este torneo. Dominado por un equipo argentino hambriento, los Spring-boks se llevaron igual el primer tiempo por tres puntos, un injusto 16 a 13.
El vestuario sirvió para que se ordenaran las ideas y afianzaran los objetivos. En seis minutos, Tomás Cubelli quebró con potencia para su try; cuatro minutos más tarde Joaquín Tuculet levantó al público y el sueño se acercaba. Un penal de Nico Sánchez ponía a Los Pumas a doce puntos, con poco más de veinte minutos por jugar.
Faltó el golpe de nocaut. Si hubiesen marcado una vez más el partido se acababa. Pero fueron los Springboks los que pudiendo usar mejor el banco y golpearon. Entre el minuto 58 y el final anotaron quince puntos, mientras que en el mismo período, Los Pumas sólo sumaron tres.
Lo que unos minutos antes parecía iba a ser una tarde única, se fue desdibujando. Ganaron los Springboks y las caras largas de los jugadores argentinos no comprendían lo que había pasado. Con el paso de los días y las semanas sabrán que fue un punto de inflexión. En el juego, Los Pumas ganaron; no así en el marcador final. Dolió por la ilusión perdida. Pero pasa el tiempo y más allá de que ahora venga la pesadilla negra en Napier se notó un equipo sólido, con claridad de conceptos y una idea que alienta a confiar.
Por: Frankie Deges
www.alrugby.com
El capitán del equipo, Julián Montoya, se mostró autocrítico sobre algunas cuestiones del encuentro, pero a la vez rescató los aspectos positivos de Los Pumas, tanto en el...
Leer Más