Surgió en los últimos días un plan que estaría cultivando el ex capitán de Los Pumas y hoy Consejero de la Unión Argentina de Rugby de traer el Mundial de Rugby al país en el 2023. Hay que pensar en grande, suele decir Agustín Pichot.
A una revista inglesa dedicada al negocio del deporte le dijo: “Ya estamos hablando con el gobierno pensando en ser sede del Mundial 2023 ó 2027”.
Parece ser una idea por demás ambiciosa y son muchos los pasos que quedan por delante. Bastante antes que eso está la parada en el país del HSBC World Sevens Series que ya está confirmada -y no anunciada- para el tercer fin de semana de octubre. No hay sede aún, no hay anuncio, no estará involucrada la UAR aunque será un evento que auspicia la entidad que conduce el rugby del país.
¿Cómo es esto? El International Rugby Board tiene desde diciembre de 1999 un circuito mundial que en el 2000 y el 2002 pasó por Sudamérica. La crisis del 2001 fue tan dura para el país como para el rugby y movilizar a 16 seleccionados nacionales hizo imposible mantener la sede. Desde entonces, siempre faltó la pata sudamericana del circuito que tiene a Nueva Zelanda como dominador (10 de 13 series ganadas).
El interés del IRB por volver a CONSUR -su única región sin torneo- chocaba con la imposibilidad o desinterés de la UAR de ser nuevamente anfitrión de un torneo. Brasil mostró interés recientemente, pero el objetivo siempre fue que volviera a nuestro país.
En diciembre se anunció en Dubai que el circuito pararía en Sudamérica. Estamos terminando todo para que haya un anuncio en breve, decía Beth Coalter, la encargada del Seven para el IRB. Si no sale en estos días, iremos a otro lugar, contestaba en febrero sin decir que Río de Janeiro y una ciudad de China estaban listas si era necesario completar la fecha. A falta de una contestación lógica sobre la tardanza en el anuncio, no hubo más respuestas oficiales.
La UAR no puede hoy, con el esfuerzo que le significa a una plantilla pequeña de empleados, organizar los tres partidos del Rugby Championship (en Mendoza, La Plata y Rosario) y sin descanso, cargarse al hombro un evento del nivel del Seven de Argentina con los desafíos de organización que conlleva. Además, la UAR no podía/quería afrontar la garantía de 1.5 millones de dólares que pedía el IRB.
No se quiso perder la oportunidad y casi última chance de tener el torneo; con gestión de Pichot, entre el Ente Nacional de Alto Rendimiento y la empresa Havas Sports & Entertainment pondrán los avales necesarios y Havas se hará cargo de la organización y de todos los aspectos comerciales. Lo del dirigente también ha sido clave para conseguir más tiempo del IRB.
No pongás que va a ser en La Plata porque no creo que se haga allá, decían desde la empresa francesa sobre una sede que pare-cía ya definida. Hoy, cuando el anuncio está cuatro meses atrasado, se habla de jugar en el CASI como una de las opciones. Que sea un torneo boutique, dicen como justificando no tener definida la sede y buscar un club para hacerlo. La Plata era el gran candidato a llevarse el torneo, pero dudan de llevar suficiente gente. Mar del Plata había querido la sede; hoy no es una de las opciones.
Los casi siete mil espectadores en San Juan y las menos de cuatro mil entradas vendidas para el test en Córdoba no son un buen auspicio para un evento que no tiene grandes estrellas aunque bien armado es un fabuloso evento de dos días de duración. Por eso ir a una sede tipo CASI o hasta GEBA es una opción.
Falta el anuncio. Argentina suma un nuevo evento internacional.
Por: Frankie Deges
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