A contramano de lo decidido en la asamblea extraordinaria de hace dos semanas, la URBA resolvió permitir que los becados actúen en el torneo y mantengan el subsidio.
A las apuradas. Casi a las escondidas. Así, a paso redoblado por la calle, lanzaron dos directivos la siguiente frase: “El rugby está por encima de la normativa”. Eso dijeron a La Nacion, pidiendo reserva de sus identidades, dos presidentes de clubes -uno, del sur del Gran Buenos Aires, y el otro, del norte- que ayer participaron en una reunión con el consejo directivo de la URBA. En ese encuentro se acordó que mañana jueguen, sin resignar el dinero, los rugbiers afectados al Plan de Alto Rendimiento (PLAR) en la segunda fecha del certamen de Buenos Aires.
En el cónclave estuvieron los presidentes de los clubes que tienen jugadores que cobran la beca de 2600 pesos mensuales por parte de la UAR y la Secretaría de Deporte de la Nación, y parte del consejo directivo de la URBA.
¿A qué se referían los directivos? A que mañana, cuando los rugbiers entren en la cancha con la habilitación tácita, se estará vulnerando lo establecido en la asamblea extraordinaria del 15 de este mes, en la cual se resolvió que todo rugbier rentado por el PLAR debía renunciar a tal beneficio para poder jugar. Aquel día, 71,5% de los votos decidió poner esa condición. “El rugby está por encima de la normativa”, sostienen ahora como justificación, y aclaran: “Hay una tregua de 60 días”. Ése es el plazo que solicitó la Secretaría de Deporte -que solventa el subsidio junto a la UAR- para hallar una solución definitiva.
En la madrugada de ayer, la Unión de Buenos Aires ratificó en un comunicado que no permitiría que los deportistas comprendidos en el PLAR tomaran parte en el certamen sin resignar el dinero, pero en 18 horas todo cambió. De un extremo al otro.
Por su parte, los jugadores dieron una cálida bienvenida a la novedad del día. “Vamos a jugar el sábado [por mañana] pero sin renunciar a la beca, que es lo que queríamos”, contó a La Nacion Mauro Comuzzi, wing/fullback de Pucará, tras el habitual entrenamiento matutino de los rugbiers subsidiados en el anexo del SIC.
“Con esos 60 días de plazo para la nueva asamblea de la URBA, entendemos que estamos habilitados para jugar”, continuó Comuzzi. Lo que no está definido hasta ahora es si los rugbiers dispondrán o no, durante estos dos meses, de la plata que cobran por el PLAR. En un momento se evaluó la posibilidad de que los jugadores no utilizaran el dinero percibido durante ese tiempo. Por eso, Comuzzi manifestó: “Lo que se hace con la plata es un tema de los dirigentes de los clubes. Que se hagan cargo de que no la usemos por ese plazo”.
Santiago Bottini, de Alumni, se expresó en la misma línea: “Lo de la beca es un tema por resolver en una próxima asamblea entre los dirigentes”, dijo. Más allá de eso, el capitán del seleccionado de seven celebró la chance de volver a vestir la camiseta de su club: “Estamos muy contentos de que podamos jugar, de que se haya llegado a esta decisión. Lo único que queríamos era jugar este fin de semana”, festejó. “Fue un período muy feo, de mucha política en el medio. Veníamos entrenándonos con nuestros amigos y quedamos en el medio de una situación política. Fue desagradable. Pero ahora estoy muy contento”, agregó el centro.
Bottini aún no sabe qué ocurrirá con los ingresos que recibirá del PLAR durante estos 60 días. “Ahora podemos jugar. Los rugbiers deberemos charlar con los presidentes para seguir construyendo una solución definitiva”, expresó.
La situación, hoy, es diferente a la que surgió aquel viernes 15, cuando los rugbiers recibieron la pelota de parte de los dirigentes, que los pusieron en una encrucijada: decidir entre compartir la cancha con sus compañeros o recibir el dinero. Por entonces, la intención de la dirigencia, aunque no oficializada, era exigir a los jugadores la renuncia explícita al cobro del dinero mediante una nota firmada. Anoche, la URBA trasladó esa formalidad a los directivos de los clubes, que ahora son quienes deben informar a la entidad si los rugbiers en cuestión están habilitados para actuar, o sea, si efectivamente resignaron el dinero.
“Sigue todo como antes. Los presidentes tienen la palabra y los jugadores habilitados podrán jugar”, enunció ayer Carlos Campagnoli, el titular de la URBA, ante La Nacion, en abierta contraposición con lo que afirman los rugbiers. Así es la contradicción que vive hoy el rugby de Buenos Aires. Una historia que promete nuevos capítulos y vaivenes…
CUBA SE QUEDÓ SIN LUCAS PONCE
El tercera línea del club de Villa de Mayo sufrió una grave lesión en el tobillo derecho el martes último en el entrenamiento matutino con los jugadores becados. “Me quiero matar, me pierdo más de un mes”, dijo Ponce a La Nacion. Será operado la próxima semana.
DIXIT
“Vamos a jugar el sábado sin renunciar a la plata”
Mauro Comuzzi (Pucará)
“El rugby está por encima de la normativa” dijo a LA NACION uno de los presidentes de los clubes con jugadores becados.
Por Santiago Peluffo y Román Iglesias Brickles
LA NACION
El capitán del equipo, Julián Montoya, se mostró autocrítico sobre algunas cuestiones del encuentro, pero a la vez rescató los aspectos positivos de Los Pumas, tanto en el...
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