En las diferentes canchas del rugby de Tucumán, ni en el mismísimo “Serpentario” del Barrio Ojo de Agua ya no se escuchará el “¡Vamos Antonio!”, cuando el grito baje como un susurro a los oídos de Antonio Ahualli de Chazal. El forwards pondrá la energía en otro lado
El delantero, criado rugbísticamente en la entidad más copera del rugby del norte, le dice adiós al deporte de sus amores. “Es tiempo de colgar los botines y dejar el rugby”, le dijo el forward a TERCER TIEMPO NOA. Tucumán pierde uno de sus mayores estandartes en un rugby que ya lo extraña.
– ¿A qué se debe tu decisión de dejar el rugby?
– Es hora de darle tiempo a mis proyectos personales, como el estudio y el trabajo. Quiero realizar cosas que antes por el tiempo que le dedicaba al rugby no me permitía hacer. Es tan solo eso. El rugby de hoy merece tiempo y dedicación.
– ¿Qué te deja el rugby desde su espíritu?
– El rugby es un gran deporte. Me llevo las amistades que uno hace y que son para toda la vida. Por sobre todo la conducta que te forma, se va reflejando en tu vida personal. El rugby es compromiso, conducta y muchas cosas más.
“Yo cumplí mis sueños”
“Siempre siento que tuve suerte con el rugby. Todos los objetivos que me propuse, ya sean a corto o largo plazo, los llegué a concretar. Mi primer anhelo fue vestir la camiseta de los Naranjitas, luego la de los Pumitas, después soñé ponerme las camiseta de mi querido club y la Naranja en mayores. Así fui también soñando jugar en los diferentes seleccionado nacionales, hasta que llegó el desafío personal de ponerme la camiseta del SIC, club al que estaré agradecido siempre por abrirme las puertas”- señala el delantero que dejó su huella en el club zanjero y se ganó un lugar entre los grandes jugadores.
Retorno a la niñez
“Tengo muchos recuerdos de chico. Desde niño, hasta grande siempre me gustó estar cerca de campo de juego, jugar o ayudar simplemente llevando el agua”- recuerda el tercera línea que además tuvo el honor de vestir la camiseta de los pumas en 2014. “Entre mis recuerdos no falta mi hermano Lisandro. Tuve el placer de jugar con él. Entrar a la cancha a su lado es algo espectacular y confieso que me hubiera encantado poder compartir el juego con mi hermano menor, Gastón”- recuerda y confiesa Antonio.
“Mi tío, Leopoldo”
“Desde chico siempre iba a ver jugar a Leopoldo de Chazal, mi tío. Cuando lo veía entrar a la cancha yo decía: quiero estar ahí. Luego el tiempo me dio esa posibilidad. Poder jugar con él y mi hermano fue uno de mis mayores sueños cumplidos”- recuerda emocionado.
– Dentro de tus recordaciones, ¿qué personas son claves desde tus comienzos con el rugby?
– Mi primer entrenador en infantiles, Carlos “Perla” Quintero, él me ayudó a elegir el rugby, debido a que yo hacia otros deportes. Carlos me mostró que el rugby era motivo de amistad, grupo, valores, entre otras cosas. Luego vino Ramiro Valdéz y me enseñó le juego desde su destrezas, secretos, para luego de grande, tener la posibilidad de ser entrenado por Daniel Hourcade, del cual aprendí mucho desde el juego en su alto nivel.
– ¿Qué te dejó su paso por el SIC?
– Mucho aprendizaje. Tuvo el placer de escuchar enseñanzas de personas como Marcelo Loffreda, Rolando Martín, Gonzalo Longo, Diego Albenese y Diego Pietranera. El SIC me abrió sus puertas y me hizo sentir como en casa. Siempre les estaré agradecido.
– ¿Tenes pensado seguir ligado el rugby en tu club?
– Por lo pronto, no. Pero si “Uni” me pide algo, estaré disponible, ya que soy un agradecido de mi club, porque desde allí comenzó todo. A Universitario solo puedo decirle gracias por permitirme jugar a un deporte que me ayudó y que disfruté desde los 8 años.
Su equipo familiar
Antonio Ahualli de Chazal abrió sus ojos a la vida un 6 de Setiembre de de 1987 y deja el rugby con apenas 27 años. A los 8 años de edad comenzó su tiempo ovalado en su segunda casa, Universitario. Es hijo de Antonio Ahualli y Silvana de Chazal. La sangre idéntica lo hermana con Lisandro y Gastón.
El bautismo de fuego
El rugby lo vio asomar el lomo para golpearse ante los más grandes y así para debutar en la primera de Universitario en 2006. Fue un atardecer en la cancha de Lawn Tennis ante Lince.
Jugador de selección
Ahualli de Chazal fue jugador de diferentes selecciones en: Naranjitas M-19, M-21 y Naranja Mayor con la que consiguió dos Campeonatos Argentinos en 2010 y 2013. Logró llegar a los Pumitas, vistió las camisetas de los Pumas Sevens, Jaguares, Pampas y de los mismísimos Pumas en 2014.
Desde Uni hacía el SIC
Su altura lo llevó a medir un metro noventa y su humanidad a pesar 104 kilos. Se dio el gusto de jugar en la primera de su club Universitario, donde fue campeón en tres ocasiones (2007, 2009 y 2010), jugando de ala u octavo. Su paso por el SIC, le marcó su último punto cardinal en un rugby que dejó…y que ya lo extraña.
Gentileza – Patricio Guzmán (www.tercertiemponoa.com.ar)
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