Chiefs y Sharks, por la gloria

Habrá nuevo monarca en el Súper Rugby. La final se disputará en el Waikato Stadium de Hamilton.
El sábado en el Waikato Stadium de Hamilton se jugará la final del torneo más apasionante del hemisferio sur. Chiefs y Sharks, quienes jamás pudieron gritar campeón en este certamen, definirán el cetro.
Los Sharks llegaron a la final al vencer a Stormers por 26 a 19 en la propia casa del equipo Tormenta, quienes hasta aquí aparecían como los grandes candidatos y fueron derrotados en un final apasionante gracias al pie de Frederic Michalak.
La otra semifinal fue para Chiefs al superar a Crusaders por 20 a 17, en ese partido también hubo de todo, donde al comienzo el predominio era de los Jefes, pero con el correr de los minutos los de Canterbury achicaron diferencias y estuvieron a punto de empatar pensando en el alargue si el penal de Carter hubiese entrado.
Ahora todo se vuelve a centrar en Hamilton, la casa de los Chiefs, donde recibirán al poderoso Sharks de Durban.
El equipo de Nueva Zelanda sabe que no puede desaprovechar esta oportunidad tal como le pasó en 2009 cuando cayó en la final ante Bulls. El experimentado tercera línea Liam Messam recuerda aquella final cuando su equipo llegó demasiado confiado. Este año hemos disfrutado de cada ocasión, en 2009 nos precipitamos un poco, ahora la cosa es diferente, este grupo de hombres están dispuestos a hacer lo que sea necesario uno por el otro.
Las buenas noticias por el lado de los sudafricanos son los regresos de Patrick Lambie y Paul Jordaan luego de estar ausentes por lesión en la semifinal ante Stormers.
John Plumtree, entrenador de los Tiburones, comentó Hemos estado con varios lesionados y jugadores muy golpeados las últimas semanas, pero este grupo ha sacado las fuerzas necesarias para aprovechar este gran momento y no queremos desperdiciarlo. Todo listo y a la espera de que Steve Walsh, árbitro del match, de la orden de inicio para que el planeta rugby disfrute de la culminación de un año fantástico del mejor rugby del mundo.
Por: Andrés Ruiz
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