El mendocino vivió en Estados Unidos y se destacó en el fútbol americano y en atletismo. Hoy juega en el seleccionado argentino de seven.
La historia del fútbol americano está directamente relacionada al rugby. Su nacimiento fue justamente del riñón de nuestro deporte en las universidades norteamericanas. Divergencias en las reglas -así había nacido el rugby como escisión del fútbol- establecieron un deporte que en Estados Unidos mueve miles de millones de dólares anuales.
Desde que volví de Estados Unidos armo algo en mi casa para ver con amigos el Súper Bowl, cuenta Axel Müller, el wing mendocino que debe ser el primer seleccionado argentino de rugby cuya primera pelota ovalada fue justamente la del fútbol americano.
Nació hace 20 años y dos días en Buenos Aires; su familia se mudó a Mendoza cuando tenía tres años y en 2002 emigraron a Phoenix, Arizona, donde su padre José Luis (ingeniero civil) participó de la construcción del Space Port América, un aeropuerto desde donde Virgin Galactic lanzará sus vuelos comerciales al espacio.
Allí, Alex -sus padres José Luis y Claudia, ambos muy deportistas- dividió su tiempo entre la lucha greco-romana, el decatlón y el fútbol americano. En este deporte jugaba como corredor (el que está detrás del mariscal de campo) y además pateaba.
Empecé a los 10 años y lo jugué en buen nivel hasta mi regreso a Mendoza, recuerda su paso por un deporte que en Argentina está en una etapa muy iniciática. Su camaradería, esa locura durante 48 minutos; ponerme las hombreras, el casco… extraño todo eso.
Su carrera en el atletismo también fue exitosa y fue primero en el estado de Arizona en el 2010 y estaba en contacto con universidades que lo querían becar. No obstante, pese a estar pasando un gran momento deportivo y social, su familia decide regresar al país y Alex, ya con pasaporte estadounidense, regresó a Mendoza a rehacer su vida.
Al volver, lo primero que quise hacer fue atletismo, pero las condiciones no estaban. A través de un amigo fui a Marista y fue muy raro eso de jugar sin protección; me daba cosa, cuenta en un alto de la jornada previa a viajar a Dubai donde viernes y sábado jugará su cuarto torneo con Argentina 7.
Cuando volví soñaba en inglés, así que fue difícil el regreso; por eso, jugar en un seleccionado nacional me hace más argentino.
Debo reconocer que no sabía nada ni del rugby ni de Los Pumas, cuenta con un perfecto castellano y con acento mendocino. Tan poco sabía que en Fiji tuvo que preguntar porqué tantos locales pedían sacarse fotos con su entrenador Santiago Gómez Cora. Ahí me enteré la carrera que había hecho.
Empezó en el M16, donde fue campeón y de ahí saltó al M18 de Cuyo en 2011. A fin de ese año lo sumaron al Plar aún sin entender bien el rugby.
Terminó quinto año con el mejor promedio de su colegio y destacándose por su enorme habilidad física (1,83 metro y 84 kilos). Fue convocado para el Sudamericano M19 de 2012 y de allí pasó a Los Pumitas M20. Jugó seis partidos para el seleccionado juvenil antes de pasar al seven.
Sin becas deportivas -el sistema americano, dice Müller, recompensa el esfuerzo y acá eso no pasa- y queriendo estudiar arquitectura, tanto viaje no le permitirá terminar el primer año. Su apuesta está en el deporte.
Me gusta el seven, me encantaría también poder jugar en Los Pumas y en el futuro irme al extranjero, comenta. Ver que cinco compañeros míos este año en el Mundial de Francia ya están en Los Pumas me alienta a soñar.
Con tan pocos años de rugby, seguramente deba hacer un aprendizaje en el seven antes. Todavía es muy joven. En este 2013 crecí un montón. Sé que tengo la parte física, pero me faltan destrezas y experiencia en el rugby, asegura con total naturalidad.
Lo aprendido en Estados Unidos lo hace distinto a lo que habitualmente se ve en un rugbier argentino; tiene destrezas físicas pero le falta ese olfato que dan los años. Me gusta el espacio del seven.
Está aprendiendo y tiene potencial de ser un destacado jugador para los seleccionados argentinos. Los Juegos Olímpicos son en dos años y medio; Müller tendrá suficiente experiencia en el seven si llegara a estar. Un gran proyecto a futuro.
Por: Frankie Deges
www.alrugby.com
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