La Federación Neozelandesa de Rugby condenó con dureza a cinco jugadores de los Canterbury Crusaders, franquicia del Super Rugby, que fueron sorprendidos entrenándose juntos en un parque de Christchurch, rompiendo el confinamiento impuesto por la pandemia del nuevo coronavirus.
Cinco jugadores del actual campeón del Super Rugby, incluyendo el medio apertura de los All Blacks Richie Mo’unga, fueron fotografiados pasándose el balón y realizando ejercicios de entrenamiento el lunes.
El club admitió que los jugadores procedían de varios domicilios y que se supone que deben permanecer aislados según las medidas impuestas por el gobierno neozelandés.
“Algunos jugadores de los Crusaders no siguieron las reglas y eso es inaceptable”, declaró el presidente de la federación Mark Robinson.
“Hemos recordado a todos los actores del rugby que se deben cumplir las pautas del gobierno neozelandés referentes al COVID-19 y que no debe volver a ocurrir una situación así”, añadió.
Más allá de las críticas, no parece que los jugadores vayan a recibir más castigo. El director ejecutivo de los Crusaders Colin Mansbridge aseguró que su acción no fue deliberada y que si bien viven en casas separadas cerca del parque, se encontraron en el mismo momento en ese lugar y comenzaron a pasarse la pelota.
“Fue torpe y no intencionado… No estamos contentos, ellos no están contentos y sí arrepentidos”, declaró Mansbridge a la emisora Radio New Zealand.
La primera ministra neozelandesa Jacinta Ardern tuvo duras palabras para los que incumplen las reglas de confinamiento. “Pese a que su cumplimiento ha sido seguido en general, aún quedan algunos a los que misericordiosamente describiría como idiotas”, dijo el lunes a los periodistas.
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