El ex hooker de los All Blacks, James Parsons, ofreció una interesante teoría sobre el éxito del scrum de los Springboks, señalando que el secreto de su dominio radica tanto en la técnica y la masa del pack como en la actitud colectiva del equipo dirigido por Rassie Erasmus.
Sudáfrica, bicampeón del Rugby Championship, basó gran parte de su supremacía en una melé arrolladora, capaz de ganar 19 penales durante el torneo —11 más que el siguiente mejor registro, el de Nueva Zelanda—.
En el último partido ante Argentina, esa superioridad volvió a ser determinante para cerrar el título.
Ox Nche, la pieza clave del scrum sudafricano
En diálogo con el Aotearoa Rugby Podcast, Parsons explicó que el dominio sudafricano no se debe solo al peso del pack, sino a su capacidad para transformar esa masa en potencia efectiva.
El ex delantero de los Blues y North Harbour destacó especialmente a Ox Nche, pilar izquierdo de los Springboks, como el factor constante en los momentos de mayor control del juego cerrado.
“Si escuchás a los pilares de todo el mundo, muchos hacen referencia a Ox Nche. Cuando él sale del campo, los rivales suelen equilibrar el scrum. Pero cuando está, Sudáfrica destruye manadas. Es una bestia técnica y física”, explicó Parsons.
También elogió a Malcolm Marx y Thomas du Toit, a quienes calificó como “bestias absolutas”, aunque recalcó que el dominio total suele coincidir con la presencia de Nche en la primera línea.
Actitud y propósito: el ADN del scrum sudafricano
Para Parsons, la actitud del pack sudafricano es tan importante como su poder físico.
Los jugadores de Erasmus —dijo— no solo buscan estabilidad, sino provocar penales y obtener ventaja territorial en cada scrum.
“Se puede ver a Pieter-Steph du Toit literalmente ‘rizando el césped’ antes de entrar. No piensa en el próximo ruck, solo en ganar el scrum. Para ellos, un penal en esa fase es como una recompensa: pateás a la esquina, descansás y seguís atacando”, explicó el ex All Black.
“Es desmoralizante enfrentarlos”
El ex medio scrum de los Crusaders y Māori All Blacks, Bryn Hall, coincidió con su compatriota y subrayó el efecto psicológico devastador que provoca el scrum sudafricano en los rivales.
“Es desmoralizante. Argentina intentó todo: ganchos rápidos, salidas cortas, pero cada vez que había un scrum, Sudáfrica sacaba un penal o una ventaja. Cuando dominás así, no importa el minuto del partido: sabés que podés ganar desde la melé”, afirmó Hall.
El ex Crusader también recordó el try de Cobus Reinach durante el Rugby Championship, que nació directamente del dominio del scrum, como ejemplo del impacto directo de esa superioridad en el marcador.
Un arma que define títulos
El análisis de Parsons y Hall refuerza lo que el mundo del rugby ya reconoce: la melé sudafricana sigue siendo una de las armas más poderosas del rugby moderno.
Más allá del talento individual, el éxito de los Springboks combina masa, técnica, actitud y cohesión, elementos que han hecho del scrum verde y oro un símbolo de dominio absoluto en el juego.