Franco Molina tiene un gran recorrido en la competencia profesional de la región, el que terminó elevándolo a Los Pumas a finales de 2022.
Un enorme proyecto del rugby argentino, por su tamaño y por lo que aporte como segunda línea, Molina, nacido deportivamente en el Jockey Club de Córdoba, fue Pumita con jugadores del nivel de Marcos Kremer, Bautista Delguy y su coterráneo Juan Cruz Mallía. Si bien le llevó un tiempo más largo ascender al primer equipo argentino, ninguno de los pasos que dio fue en falso.
Jugador de Ceibos XV en el corto torneo en 2020, luego fue campeón en Jaguares XV en 2021, y al cambiar la política de la UAR con respecto a la edad de los jugadores de su franquicia, mudó su buen rugby a Chile donde ayudó a que Selknam llegue a la final y, durante toda la SLAR, compartió su experiencia con los jugadores que eventualmente clasificarían a Rugby World Cup 2023.
En unos días, debutará con su cuarta camiseta, esta vez en el Súper Rugby Américas. Será uno de los referentes de Dogos XV, franquicia que jugará en su propia ciudad.
Mientras busca terminar sus estudios universitarios – le quedan seis materias de Ingeniería Civil – poder quedarse en su ciudad es una bendición. Así lo ve al ser parte de un nuevo proyecto que lo tiene muy contento.
“Estamos en la construcción de Dogos XV, que va a ser un equipo competitivo, con chicos jóvenes y nuevos, que tendrán que adaptarse rápidamente a este torneo y al alto nivel de juego que tendrán,” comenta a días del debut contra Yacare XV, la franquicia paraguaya.
“Queremos un equipo agresivo, con el ADN de Dogos XV, que sea sólido en las formaciones fijas y que pueda jugar al rugby con un lindo juego.”
Jugador experimentado, sus 25 años, metro 97 y 115 kilos serán un gran aporte dentro y fuera del campo de juego.
“En estos equipos nuevos hay que ir encontrando el rol; si puedo aportar mejor. Pero hay que ir de a poco. Pienso que el rol va saliendo con el pasar de los partidos.”
Y agrega: “Sin duda me gustaría ser un líder del equipo.”
Sin dudas, la Superliga Americana de Rugby le abrió puertas hacia su desarrollo. “En el 2021 quedé un poco afuera del sistema y Selknam me sirvió para mostrarme y aportó en gran medida a que a fin de año me llamaran a Los Pumas.”
Uno de los múltiples beneficios de la SLAR en su momento y ahora el Súper Rugby Américas es la capacidad de potenciar a jugadores para que jueguen en sus seleccionados nacionales. Un claro ejemplo es Molina que a fin de 2022 viajó por primera vez con el seleccionado argentino a Europa.
“La gira fue tremenda, una experiencia muy grande aunque no me tocó jugar. Fue un viaje increíble – Inglaterra, Gales, Escocia. Y la oportunidad me aportó madurez.”
“Está bueno pasar unas semanas viendo como entrenan, como trabajan, como viven Los Pumas. Es difícil saberlo si no estás ahí. Ahora intento copiar ese nivel de profesionalismo, el nivel de detalle en que se trabaja día a día; fue algo que no había visto nunca.”
Si bien aún espera su debut internacional, sabe que es un proceso.
“Ahora intento imitar esa mentalidad en el día a día, tratando de mantener los buenos hábitos que se van generando.”
“Mi deseo sigue siendo el mismo: jugar en Los Pumas. El paso del tiempo no me vuelve loco. Todo jugador tiene su momento, algunos les toca antes, otros después. Es cuestión de tiempo y oportunidad.”
Para eso, el Súper Rugby Américas será una enorme base de lanzamiento que, confía, pueda llevarlo a Francia 2023.
“Ya se habla mucho de nosotros como equipo. Sabemos que será un torneo durísimo; es buenísimo tener el formato ida y vuelta. Sueño con Los Pumas pero primero está Dogos XV. Una cosa lleva a la otra.”
Otros bonus, dice, son “tener dos equipos argentinos, sumar un equipo de Estados Unidos y que Chile y Uruguay estén preparándose para el Mundial hace que será un torneo increíble.”
En lo personal, más allá de sus objetivos personales, “va a estar buenísimo jugar contra Pampas y contra Selknam donde tengo muchos amigos.”
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Créditos: DogosXV