Martín Gaitán está feliz de haberse recuperado tras la afección cardíaca y contó: “Ahora me da más miedo que en ese momento; uno de los doctores me dijo que a la mayoría de las personas a las que les pasaba esto, él las veía de nuevo, pero en la morgue”
CARDIFF, Gales.- Bajó las escaleras con una sonrisa y un gesto de satisfacción. Nada de euforia, tampoco preocupación. Enseguida guiñó un ojo y levantó un pulgar, como una muestra clara de que estaba fenómeno . Sonreía y hacía bromas. Habían tratado tan bien a Martín Gaitán en el hospital que ni siquiera lo abandonó luego de recibir el alta médica por parte del doctor Lian Penny, que lo operó de una complicación cardíaca el domingo último, un día después de que el centro de los Pumas jugara en el 20-27 de la Argentina frente a Gales. Cualquier otro paciente habría huido ni bien escuchara las últimas indicaciones del médico. El, no. Saludó uno por uno a las enfermeras y a los doctores, a quienes prometió obsequiarles indumentaria de los Pumas, pasado mañana, cuando regrese para una revisión.
Más tarde tomó jugo de naranja en la confitería, conversó con Mario Larrain, el médico del seleccionado argentino; Chris Patfield, dirigente de la unión galesa de rugby, y LA NACION. Desde allí habló por teléfono con Serge Blanco, el hombre fuerte e ídolo de Biarritz, el club en el que el paranaense actúa y es niño mimado. "Tengo que hablar con mi jefe y decirle que zafé", se excusó, con el ánimo por las nubes.
La charla con la leyenda francesa duró unos minutos. Luego, Martín se distendió un poco y confesó: "Por ahora hacer deportes no me importa, lo más importante es que estoy vivo".
-Es cierto que será difícil volver a hacer deporte, pero ¿ya es definitivo?
-Ahora estoy bien y tranquilo, todavía no lo pensé. Pero eso es lo que menos me importa; estoy vivo y punto. Se puede decir que todo lo que venga ahora será gratis. Hacer deporte por ahora no me importa. No sé después, pero por ahora haré una vida normal y seguiré con las indicaciones de los médicos. Ya hubo un cambio importante: debo tomar unas pastillas ahora y otras creo que para toda la vida.
-¿Conocés el caso del cordobés Alejandro Allub?
-Le pasó algo similar, ¿puede ser?
-Sí, y después de un tiempo volvió a jugar al rugby.
-Sé que lo más probable es que no pueda volver a jugar al rugby, al menos de manera profesional. Pero te repito: en este momento es lo de menos. Estoy vivo; es lo importante. Me interesa encontrar por qué me pasó esto. Aunque me explicaron que a veces no es posible encontrar razones, que sucede como un desgarro de un músculo. Así de simple.
-Es sabido que te gusta mucho el rock y que solés ir a los recitales. Mirá que ahora no vas a poder saltar demasiado, al menos por un tiempo. ..
-No importa; los veo desde el fondo o por DVD. Cuando estuve en Buenos Aires con los Pumas me quedé con ganas de ver algo. Sé que tocaba Las Pelotas en Ferro, pero justo cuando ya viajamos hacia acá. Ahora puedo bajar a la compu los recitales y los veo. Soy de escuchar mucho la Rock and Pop.
-Mucha gente estuvo pendiente de vos. ¿Lo sabías?
-Cuando pasan estas cosas mucha gente está pendiente y se preocupa. Nunca me llamaron tanto por teléfono ni recibí tantos mensajes como durante estos días. Me impresionó la respuesta de la gente. Más allá de ser querido o no, todos se preocuparon y querían saber cómo estaba y qué había pasado.
-¿Qué recordás del sábado hasta ahora?
-En general, estuve muy tranquilo siempre. Me dolía el pecho, pero apenas. Todo fue muy rápido y no sé bien cómo. Pero siempre estuve acompañado y me trataron diez puntos. Ahora me da más miedo que en ese momento; cuando veo atrás me doy cuenta de la situación de la que salí. Uno de los doctores que me atendían me dijo que a la mayoría de las personas a las que les pasaba esto, él las veía de nuevo, pero en la morgue. Estaba muy contento con mi recuperación; me atendió diez puntos, al igual que toda la gente del hospital. La última noche, una de las enfermeras estaba más aburrida que yo y se puso a darme charla. Como yo tenía hambre porque me habían dado la cena a las cinco de la tarde, me trajo unos sandwichitos, con muy buena onda.
-¿Dónde estarás el 7 de septiembre, viendo la presentación de la Argentina en el Mundial?
-Creo que tranquilo en mi casa de Biarritz. Si me siento bien, tal vez pase la semana anterior a saludar a los chicos. Pero no quiero alborotarlos, sé que tengo que ponerme bien y que no tengo que apresurarme ni querer hacer muchas cosas a la vez.
-¿Pensaste qué vas hacer más adelante?
-Forzadamente voy a tener que hacer algo. Pero recién salí del hospital y todavía no lo pensé. Es lo de menos, por ahora.
Por supuesto que es lo de menos. En la madrugada de ayer iba a recibir a su novia, Manuela, y a uno de sus hermanos, Ricardo, que llegaban desde Buenos Aires para visitarlo. Con barba de unos días, prometió esperarlos afeitado y retrasar el horario de la cena. Comerían en el hotel, porque a esa hora Cardiff descansa. Se quedará en esta ciudad hasta pasado mañana. Luego paseará por Londres y París, y tiene previsto llegar a Biarritz el domingo o el lunes para recibir a Graciela, su madre. Los Gaitán quieren estar en familia, cerca de la sonrisa y el entusiasmo de Martín.
10 test-matches jugó Martín Gaitán para los Pumas. Participó en el Mundial Australia 2003.
Por Nicolás Balinotti (Diario La Nación)