Hindú hizo lo que quiso contra CUBA y se quedó con su octavo título de la URBA. Fue 29-17 para el Elefante, que festejará desde La Catedral de San Isidro hasta su casa, en Don Torcuato. La corona en azul y amarillo.
Derechazo de Joaquín Díaz Bonilla para el kick off en La Catedral del CASI y una marea pintada en azul y amarillo, empujada por los miles de hinchas, provocó un penal cuando iban apenas 13 segundos de juego. Sí, un flash. Una locura. Ahí empezó y terminó la final del torneo de la URBA. Porque Hindú hizo lo que quiso contra CUBA, le ganó bien por 29-17 y celebró su octavo título en la historia. Se tomó revancha de la final del año pasado. Te party en Torcuato.
Luego de ese penal bien en las 22 rivales, Hindú no eligió palos, sino line. Como para reconfirmar que iban por todo. Luego, el TMO vio que no fue try de Jerónimo De la Fuente y se salvó Universitario. Por un ratito… A los dos minutos, el Elefante empujó en el scrum y Delguy apoyó (7-0). CUBA intentó reaccionar desde la salida y descontó con el penal de Güemes, pero el termómetro de la final estaba en las manos de Hindú. Díaz Bonilla metió un buen drop y a los 12′ llegó la jugada del partido: scrum, juego de manos, cruces, uno que entró cruzado y que terminó dentro del ingoal. Se trató de Bautista Alvarez, que apoyó su 14° conquista en el torneo y dejó el tablero en 17-3. Pero ojo, luego de embocar un penal por lado, llegó la esperanza pintada de azul y negro. Médica capitalizó una jugada de fases cortas y dejó el parcial 20-10 para irse al descanso.
Con el try del descuento, parecía que el campeón del 2013 iba a ponerle suspenso a la final, pero no. Los de Don Torcuato no aflojaron con la intensidad y la presión constante, manejaron el ritmo del partido, fueron alejándose con penales del 10 (metió tres más para sacar la máxima, 29-10) y se terminó la discusión. Sobre todo con esa defensa sobre el final que asesinó el milagro cubano. El try de Miranda en el cierre fue para decorar, nada más.
Los cinco de adelante empujaron como siempre, y como nunca. De la Fuente, Faraone, Viano; Casañas y Cáceres fueron la locomotora del Elfante, con el tucumano -debutó de titular- en un nivel superlativo. La tercera, con Bavaro, Iachetti (diez tackles, top) y Delguy estuvieron en todos lados. Camacho y Díaz Bonilla fueron el cerebro, la picardía, la patada, los organizadores. Alvarez (tryman), Senillosa (inmortal), Agulla (capitán), Ezcurra y Cúnea, los velocistas, malabaristas y Bolt del rugby. Los 15 del campeón, con reservas también a la altura. Y mención especial para los mentores: Manasa Fernández Miranda, Nicolás Fernández Miranda y Lucas Ostiglia, el trío de entrenadores que reinarán un año más.
La octava maravilla llegó en este 2014, tomándose revancha de la final perdida ante este mismo rival en el 2013. Se sumará a las de 1996, 1998, 2006, 2007, 2008, 2009 y 2012. Es decir, seis vueltas en Elefante en los últimos diez años.
Por Maxi Friggieri (Olé.com.ar)
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