Desde hace un par de años se pregonaba que el 2012 sería histórico, un mojón clave en la orgullosa historia de Los Pumas.
¡Vaya si lo fue! No sólo fue la temporada de más partidos internacionales -12 tests, dos amistosos y el Sudamericano que si bien no lo juegan Los Pumas, se considera cap- sino que la presencia de los tres mejores seleccionados del mundo en el país le dieron un marco impresionante a un año claramente inolvidable.
Obviamente, por la importancia -nuevamente histórica- de finalmente tener participación en una competencia regular, el Rugby Championship fue algo impresionante para jugadores y fanáticos. Los Pumas pudieron medirse con los mejores del mundo por los puntos. Y se sumaron puntos, mas allá de algunos agoreros que pensaban que sería muy duro para el seleccionado argentino.
¡Vaya si lo fue! Pero una buena planificación, una buena preparación y un coraje único hizo que los liderados por Juan Martín Fernández Lobbe asumieran el compromiso y dejaran contentos tanto a sus compatriotas como a los que desde afuera tenían la lupa puesta sobre el desempeño Puma.
Hubo sí momentos altos y bajos. No se ganó ningún partido pero se consiguieron puntos en tres de los seis partidos, habiéndose podido ganar justamente esos tres. Faltó experiencia dentro y fuera de la cancha para algo nuevo, duro, durísimo, y desafiante a cada paso.
Mucho viaje hubo en el Rugby Championship y mucho cambio de huso horario, algo que afecta en serio al físico. Afecta a todos por igual pero All Blacks, Wallabies y Springboks le llevan 16 años a Los Pumas en esto de cruzar el Hemisferio Sur de este a oeste y viceversa.
El primer viaje fue a Sudáfrica, país amigo, para el arranque del torneo. Ciudad del Cabo, una de las ciudades más lindas del mundo, recibió a Los Pumas con lluvia durante la semana previa. Se notaba en la cara de los jugadores y el cuerpo técnico la tensión de ingresar a lo desconocido. Venían, además, de dos partidos amistosos repletos de errores. Los Spring-boks no perdonaron y el 27 a 6 fue contundente. No poder sumar puntos en los momentos claves y entregar un par de tries sencillos fue la diferencia entre estar en la pelea y ser partenaire del ganador. Lo duro de asumir fue que Los Pumas no habían estado nunca en situación de try. Eso tenía que cambiar.
Una semana más tarde sudafricanos y argentinos se volvieron a enfrentar en el bonito estadio Malvinas Argentinas de Mendoza. No estuvo lleno, una lástima, pero fue un partido apasionante: por el juego visto, por el resultado y sobre todo porque confirmó que Los Pumas estaban a nivel. Fue una gran recuperación en la que se buscó que la pelota estuviera en movimiento constante. Así llegó el gran try de Santi Fernández que apoyó sin un Springbok cerca. Los visitantes pensaron que some-tiendo físicamente alcanzaba. Vaya sorpresa. Fue 16-16 y se consiguieron los primeros dos puntos de la tabla.
Tercera parada en la huracanada Wellington y una falta de respeto a los All Blacks, que se fueron al vestuario ganando tan sólo 6 a 5. Tackle y locura, concentración y hambre, fueron las claves de unos Pumas que bancaron mientras tuvieron quince jugadores en la cancha. El try de Rodrigo Roncero representó la furia Puma. Ma’a Nonu buscó una primer fase cerca de su ingoal pero un duro tackle de Farías le hizo perder la pelota que voló a la punta. Camacho le apuntó al medio a su wing para fijar una formación y los forwards empujaron y empujaron hasta que Roro apoyó debajo de una pila de All Blacks.
Una amarilla -dudosa según mi poco compartida visión- al Flaco Farías a la hora de partido abrió el camino para el 21 a 5 negro.
El cambio de clima -de la lluvia, frío y viento de Wellington a la fantástica primavera de la Gold Coast australiana- parecía servir para recuperar el espíritu. Faltó algo, y aquí una de las lecciones. Fueron muy pocos los cambios al quince inicial en todo el torneo y el nivel de los rivales, lo duro de la preparación -física y mental- y la presión hizo que empezara a bajar el nivel individual y grupal.
Contra los Wallabies todo pintaba para una noche de gloria. Todo estaba para Los Pumas. Hasta los fallos jugaban a favor cuando no se sancionó un dedo afuera de Juan Imhoff en una medialuna inolvidable para el try de Farías. El desagradable apertura australiano Quade Cooper tuvo una noche para el olvido (el try de Tomás Leonardi fue un mal despeje suyo) y los que estábamos ahí sentíamos que podía ser la noche. En dos minutos Los Pumas habían dado vuelta el partido. Faltó experiencia para liquidarlo -un penal hubiera alcanzado- y los Wallabies no se entregaron. Llegaron dos tries y un penal para un 23-19 que dolió.
Había que regresar y recuperarse. El partido del torneo fue sin dudas el del estadio Único de La Plata. El marco fue único en el Rugby Championship, pues así lo manifestaron los All Blacks y la gente de SANZAR. Como nunca, el público tuvo un rol clave en buscar esa atmósfera que pretenden los organizadores del torneo.
Y Los Pumas acompañaron mientras pudieron estar cerca de un equipo neozelandés que esa noche le hubiera hecho 40 puntos a cualquier rival. No obstante esto, fueron los anfitriones que arrancaron mejor y el try de Martín Landajo será recordado como uno de los mejores de Argentina en su historia. Line, jugada de backs, Lucas González Amorosino que pisa para adentro una, dos, tres veces y Landajo con casi 30 yardas para el try. Todo un estadio, toda una nación ovalada, corrió con él. Hubo otro día, a pura potencia como es su sello, de Gonzalo Camacho. Pero los All Blacks esa noche fueron imparables. Siete tries -tres de Cory Jane- para el inapelable 54-15. El público celebró el buen rugby y aplaudió al fenomenal Richie McCaw cuando levantó el trofeo de campeón del Rugby Championship.
Quedaba una semana y los signos de agotamiento era visibles y notorios. Siguieron los mismos quince y lamentablemente el equipo en Rosario fue una sombra de lo que pudo haber sido. No encontró los caminos, no tuvo potencia, y con poco, Australia se llevó un último partido anodino, de pocas emociones. Hubo un gran try de Digby Ioane -jugada de los backs difícil de defender- y el punto bonus llegó sobre el final cuando como un forward, el local Juan Imhoff apoyó después de lo que fue posiblemente un maul.
Terminaba un torneo novedoso para el seleccionado y su cuerpo de entrenadores. Era el fin del comienzo de una nueva era para el rugby argentino.
¿Fue bueno lo de Los Pumas en el Rugby Championship? Sí. Por las expectativas previas y como las superaron. Porque empataron contra Sudáfrica y sumaron punto bonus contra Australia y complicaron de a rato a los All Blacks. Podrían haber ganado dos de los partidos y con eso podrían haber terminado en tercer lugar. No era ese el objetivo.
Será más duro el segundo Rugby Championship porque los rivales ya saben lo que deben esperar de Los Pumas. Ya viajaron a la Argentina, conocen la ciudad que les toca, el estadio, sus enlaces. Sabrán que no es sencillo y se preparan acorde a eso.
Los Pumas dieron un paso importante en este primer año. Fue un buen Rugby Championship para ellos.
Por: Frankie Deges
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