Entidades como Jockey y Tala, de Córdoba, y Duendes, de Rosario, se ven especialmente afectadas por las convocatorias; “el rugby no es un juego para ganar, es un juego para formarse”, señaló Gabriel Travaglini, presidente de la UAR.
Cuando la estridencia del profesionalismo traspasa la difusa línea que lo separa del amateurismo, los clubes se sacuden. Ocurre desde que el rugby apañó el profesionalismo en 1995 y, más ávidamente, desde que la Argentina le abrió una hendija en 2010. Hay consenso generalizado en que los Pumas se lancen a la gracia del rugby rentado para competir con la elite y que los clubes permanezcan bajo el blindaje del amateurismo para resguardar su carácter formativo. Es en el creciente y cada vez más brumoso espacio intermedio donde el debate arrecia, esta vez por el número de jugadores que absorbe el Super Rugby Américas.
El certamen regional tiene un carácter semiprofesional. Los jugadores son contratados por seis meses, luego de los cuales pueden volver a actuar en sus clubes. Entre las dos franquicias argentinas y tres de las cinco del exterior hay 101 argentinos fichados: 79 en Dogos XV y Pampas, 14 en Yacaré de Paraguay, cuatro en Cobras de Brasil y Raptors de Estados Unidos (Selknam de Chile y Peñarol de Uruguay están conformados plenamente por jugadores locales). Clubes como Jockey de Córdoba, Tala y Duendes se ven especialmente afectados por ser los que más jugadores ceden: ocho el primero, seis los otros dos. El debate tiene varios ribetes, desde económicos hasta filosóficos. Algunos están contentos con ceder jugadores, ya que regresan más capacitados. Otros aducen que esto socava al rugby de clubes.
La postura de los clubes
“No tenemos problema en que inviten jugadores o se los lleven a préstamo, pero una cosa es Pampas o Dogos y otra que Duendes le preste un jugador a una franquicia brasileña”, protestó Miguel Conde, dirigente de larga trayectoria en Duendes y actual tesorero.
“Que los devuelvan en junio no nos sirve, tenemos que enfrentar todo el Torneo del Litoral con suplentes. Y si tenés la suerte de clasificar a las instancias finales, ¿vas a poner a seis profesionales a jugar contra 15 amateurs? Ahora dicen que en 2024 van a hacer cuatro franquicias argentinas y que en la segunda mitad del año habría un cuadrangular con equipos de la MLR de Estados Unidos. ¡Es una locura!
Cuando armaron Jaguares nos dieron 10.000 dólares por cada jugador: De la Fuente, Boffelli y Chocobares… pero no es un tema económico, luchamos para que nos dejen espacio de juego al amateurismo. Están totalmente equivocados si piensan que porque a un pibe le dan 1500 dólares por mes durante cinco meses no se van a ir Europa. La UAR está generando profesionalismo para ellos con jugadores que les prestamos nosotros, que los cuidamos seis o siete años como a un cachorro. Si se quieren ir a Europa que se vayan y que los mejores jueguen en los Pumas. Es mentira que la liga americana es mejor, los mejores equipos están en el amateurismo”.
“Lo más importante es que así como la UAR busca ampliar base de jugadores de elite y la competencia dentro de la región, eso tiene que impactar en los clubes: el desafío es hacer crecer sus bases en cantidad de jugadores. La UAR hace un aporte importante en materia de competencia, pero nunca alcanza a cubrir el 100% de los costos”, Ezequiel Mallía, presidente del Jockey Club de Córdoba
El más afectado fue el Jockey cordobés, con ocho jugadores convocados a Dogos XV.
“A nosotros como club nos impacta fuertemente. Como contracara, implica crecimiento para cada uno de esos jugadores que van a volver al club potenciados”, analizó Ezequiel Mallía, presidente de la institución y padre del Puma Juan Cruz.
“En el medio entiendo que hay muchas cosas para pulir entre UAR, las uniones provinciales y los clubes. Por un lado, hay que consensuar el calendario de competencia. Si el Jockey disputa toda su competencia local sin ocho jugadores, nos va a perjudicar. Por otro lado, todavía no está confirmado si los jugadores invitados van a poder jugar en el club si no están a disposición de la franquicia. Lo más importante es que así como la UAR busca ampliar base de jugadores de elite y la competencia dentro de la región, eso tiene que impactar en los clubes: el desafío es hacer crecer sus bases en cantidad de jugadores. La UAR hace un aporte importante en materia de competencia, pero nunca alcanza a cubrir el 100% de los costos. ¿Cómo podría ayudar? Por ejemplo, aportando pelotas y semillas para que todos puedan crecer en infraestructura. Estamos en una etapa de transición que hay que atravesar y va a ir sirviendo para corregir muchas cosas”.
Facundo Soler, director deportivo de Tala, tiene una mirada más optimista pese a que tiene seis convocados. El ex fullback de los Pumas jugó dos años en Italia (Petrarca Padova) y tiene dos hijos en Dogos XV: Mateo y Valentín: “Para los chicos es positivo. Los convierten en jugadores de mayor nivel, los hace madurar y crecer. Para los clubes, no tener a los mejores algo lo perjudica, pero también es positivo para desarrollar otros jugadores tapados, que tienen la posibilidad de mostrarse hasta junio. Cuando vuelvan los jugadores de Dogos XV, la van a tener complicada. Hay que ver la parte positiva. El Super Rugby Americas es otro nivel de exigencia, de responsabilidad, te permite ser profesional por seis meses y poner foco en otras cosas como cuidado personal, descanso, entrenamiento. Mis hijos se despiertan a las 6 de la mañana para desayunar y a las 7.30 ya tienen entrenamiento. Son chicos, pero les viene muy bien”.
“Entiendo la desilusión y los enojos de algunos clubes, porque ellos no tienen la posibilidad de ganar. El rugby no es un juego para ganar, es un juego para formarse. El CASI no sale campeón desde 2005 y tiene 900 jugadores. Hay que ver si queremos un rugby como formación e inclusión o un rugby para ganar”, Gabriel Travaglini, presidente de la UAR
Los Tilos es uno de los clubes que tienen tres convocados, lo mismo que Hindú, CUBA, Newman, Estudiantes de Paraná, La Tablada, Deportiva Francesa, Tucumán Rugby y Universitario de Salta (que tiene cuatro si se incluye a Diego Fortuny, que hace varios años se volcó al profesionalismo).
“Nos afecta mucho, perdemos tres jugadores de primera categoría y nosotros estamos atravesando una etapa de recambio. Pero me pongo en el lugar de ellos y me pone contento también por la oportunidad que tienen de mostrarse”, opinó Mateo Tuculet, ex capitán del club platense que este año transita la Primera A.
“Yo lo viví con mis hermanos yéndose a jugar afuera [por Joaquín y Segundo]. Dos de los chicos convocados son categoría 2003 y uno 2000, están soñando con esta oportunidad. Es algo que dura unos meses y después los tenés disponibles más de medio año, y es mucho mejor que los que se van a categoría bajas de Europa como Portugal, la cuarta división de Francia o la tercera de Italia; esos no vuelven”.
La respuesta de la UAR
Para la Unión Argentina de Rugby [UAR], que es la que determina a través del área de alto rendimiento qué jugadores son convocados, la situación no es perjudicial para los clubes.
“Nunca sacamos a los jugadores. Se los convoca y ellos deciden si van o no”, aclara Gabriel Travaglini, presidente de la institución.
“Si querés que tu jugador se quede en el club, trabajá y convencelo de que el club es lo mejor del mundo. No es para perjudicar a los clubes, sino para ampliar la base y que los Pumas tengan mejores jugadores.
El Super Rugby Américas les da a unos 100 jugadores una experiencia profesional, pero el año pasado se fueron 540 jugadores a Europa. Si Danie Craven [ex entrenador y dirigente sudafricano] no iba a San Pablo en el 64 a ver el partido entre Argentina y Brasil por el Sudamericano, no nos habría invitado a la gira del 65.
Lo que estamos haciendo es devolver la solidaridad para que la región crezca y nos beneficie a largo plazo. Entiendo la desilusión y los enojos de algunos clubes, porque ellos no tienen la posibilidad de ganar. El rugby no es un juego para ganar, es un juego para formarse. El CASI no sale campeón desde 2005 y tiene 900 jugadores. Hay que ver si queremos un rugby como formación e inclusión o un rugby para ganar. Me pregunto qué hizo cada club con los 2,5 millones de dólares que repartió la UAR luego de la pandemia en 2020 y 2021. Quizás algunos tienen una estructura que no pueden sostener para el nivel en que pretenden. La UAR no es rica, pero más del 50% de los recursos se destinan al rugby amateur a través de Conecta Rugby, Rugby 2030, Rugby Seguro, capacitaciones… todo lo que hacemos es para los clubes”.
Carlos Ignacio Fernández Lobbe, entrenador de Pampas y Argentina XV, también sentó su postura al respecto: “Lo tengo claro de mi etapa como jugador. Más allá de que en los clubes nos desarrollan y nos forman, el club no es dueño de uno. El club lo que hace es darte las herramientas para que vos te desarrolles. Para mí tienen que preguntarle al jugador qué es lo que realmente quiere. Si el jugador quiere dedicarse a esto los primeros seis meses del año, que el club en vez de hostigarlo lo vayan a ver, lo fomenten, lo pongan como ejemplo, porque después el jugador vuelve al club. Y no vuelve sin ganas, al contrario. En todos mis equipos, cuando nos vamos de viaje, en nuestro team-meeting están todas las camisetas de los clubes. Porque es algo muy importante para el jugador, y lo tienen presente. En ese sentido yo estoy convencido de que los clubes no son dueños de los jugadores, sino que el jugador elige dónde quiere estar. Entiendo la bronca, pero estaría bueno que les pregunten a los jugadores qué quieren hacer”.
El debate que ya lleva trece años recién empieza.
Por Alejo Miranda
Créditos: UAR
www.lanacion.com.ar
Independientemente del enojo de los clubes(justificado a mi entender) hay otro tema que creo no se le está prestando atención y es el hecho de que en las instancias finales de los distintos campeonatos locales,juegan jugadores que vuelven del profesionalismo contra otros que también se levantan a las 7 pero para laburar o estudiar todo el día y luego entrenar con su club ,lo que genera una diferencia de preparación sobre todo física que pone en riesgo a estos últimos. Después se llenan la boca diciendo que velan por la seguridad de los jugadores y no vacilan en enfrentar profesionales con amateurs. En fin,la hipocresía al palo