Mientras el rugby argentino descansa, más allá de los sevens de verano en varios lugares del país, pudimos disfrutar en las últimas semanas del rugby europeo, y más especialmente de la gran Copa de Europa de clubes. BUENOS AIRES — Mientras el rugby argentino descansa, más allá de los sevens de verano en varios lugares del país, pudimos disfrutar en las últimas semanas del rugby europeo, y más especialmente de la gran Copa de Europa de clubes.
Cuando estás en Europa, el año es OTRO si el equipo participa de esta competencia. Es EL torneo, donde todos quieren estar. Puedo decir, habiendo tenido la posibilidad de jugarla, que el nivel y la intensidad son prácticamente los de un test match, y no es tan difícil de darse cuenta con la calidad de jugadores que participan en cada partido.
En lo que hace a la presente edición, se acaba de terminar la fase clasificatoria y ya están los ocho clasificados para los cuartos de final. Pero hay un tema que realmente da para debatir: el sistema de armado de las zonas y de clasificación. A saber, sorteo para el armado de los grupos y clasificación de los seis primeros y los dos mejores segundos a la siguiente instancia.
Hubo claramente dos zonas tremendas, muy competitivas, donde Toulouse dejó afuera al Leicester del Tano Loffreda y al Leinster de Felipe Contepomi y la otra donde Munster clasificó por delante del Wasps inglés (último campeón) y del Clermont de varios argentinos.
La pregunta es: ¿es bueno que las zonas se armen por sorteo, o habría que, como en el tenis, poner cabezas de serie para que semejantes equipos no queden afuera tan temprano?
Miremos el caso de Clermont. Sale segundo en su zona, detrás de Munster, por delante de Wasps, y es superado por otros dos segundos, que en sus respectivas zonas tuvieron equipos italianos o escoceses, mucho más accesibles. Obviamente, en esos partidos marcaron punto bonus y muchos tries, factor clave a la hora de pasar o no.
Por otro lado, también podemos decir que este sistema abre posibilidades, donde equipos no tan coperos, o sin tanta experiencia, finalmente tengan la chance de vivir un cuarto de final de Copa de Europa.
Lo cierto es que London Irish jugará en abril el partido más importante de la historia de su club, frente a Perpignan en Reading, y lo mismo para los Saracens de Londres, que dieron la sorpresa ganándole muy bien al temible Biarritz y jugarán en casa contra el talentoso equipo de Ospreys. Me alegro mucho por Juan Leguizamón, Gonza Tiesi y Tomy De Vedia, pues tendrán una gran oportunidad.
En la otra mitad, encontramos a dos colosos de Copa de Europa, como Toulouse y Munster, que pasaron las dos zonas temibles que hablamos anteriormente. Los franceses, eternos animadores de este torneo, jugarán de locales, para ellos un bonus muy importante, por lo que Cardiff tendría que hacer el partido perfecto para llevarse un triunfo.
Munster, de la mano de O’Gara, tendrá una parada más que difícil yendo a jugar a Kingsholm, la casa de Gloucester.
Si tengo que pagar un ticket, voy a este partido. Tuve la suerte de jugar un año en Gloucester, y el ambiente que se vive en esa cancha es muy difícil de encontrar. Público fanático, ruidoso, con cerveza en mano y gritando ¡¡¡¡GLOSTER!!! todo el partido. Entre el gran momento de los Cherry and Whites, lideres de la premiership inglesa, y la enorme experiencia de los irlandeses, tenemos buen partido garantizado.
Por Diego Albanese (espndeportes.com.ar)