En función de lo que es el desarrollo de jugadores, el Plan de Alto Rendimiento de la UAR tiene en sus cinco Academias un trabajo muy importante. Distribuidos entre las sedes de Buenos Aires, NOA, Centro, Oeste y Litoral, poco más de 300 jugadores se entrenan entre dos y tres veces por semana, en un proceso que arranca una vez finalizada la etapa escolar y que se extiende por un lapso de cuatro años, aproximadamente.
El vínculo entre los jugadores y la UAR tiene su primer contacto a partir de los 15 años. En dicha instancia, cerca de 90 jugadores de Menores de 16 y Menores de 17 años se suman a alguno de los 16 Centros de Rugby, que están distribuidos estratégicamente por todo el terreno nacional. Es allí donde los chicos comienzan a recibir el conocimiento que brinda la UAR a través de sus entrenadores y profesionales especializados, en una tarea que bien vale como preparación a una posible futura inserción en las Academias. Los jugadores que asisten a las Academias reciben en forma personalizada entrenamiento, preparación física, nutrición, planes de alimentación, atención médico, rehabilitación, y estudios. Hoy están involucrados en las Academias un total de 277 jugadores (249 varones y 28 mujeres), que concurren a las Academias entre dos y tres veces por semana; al mismo tiempo, trabajan un total de 12 médicos, 7 nutricionistas y 10 kinesiólogos.
“Los chicos de M16 y M17 se entrenan una vez por semana en los Centros Regionales, y el primer objetivo es la preparación con vistas al Campeonato Argentino Juvenil, que se organiza para los menores de 17 años. Después de dicho torneo, cada Manager Regional realiza una selección de, aproximadamente, 50 jugadores para pasar a una segunda etapa formativa, que se da en las Academias y que coincide con la finalización de la etapa escolar de cada jugador”, describió Martín Amon, Secretario Técnico de Alto Rendimiento, quien se encargó de dejar en claro la importancia de la formación académica de los jóvenes: “Más allá del rugby, para la Unión Argentina de Rugby la formación estudiantil de cada jugador es un aspecto fundamental y al cual le damos prioridad.”
En la etapa de Academias, a partir de los 18 años generalmente, los jugadores realizan entre dos y tres estímulos semanales. La actividad física y técnica se complementa con la atención médica, kinesiológica y el cuidado nutricional, para el cual la UAR destina distintos profesionales capacitados que mantienen contacto diario con los jugadores. Además, los jugadores disponen de un apoyo psicológico, recurso orientado para asistirlos en el tema del saber manejar las emociones, y poder detectar cualquier tipo de inconveniente que afecte al deportista en esta etapa de su desarrollo.
El vínculo de entrenamiento y preparación entre los jugadores y la UAR se renueva de manera cuatrimestral, de acuerdo al cumplimiento de los objetivos de trabajo acordados con los participantes. Cada jugador debe cumplir con ciertas pautas de trabajo, y son evaluados de manera cuatrimestral para garantizar el mejor desarrollo posible. Para que esto suceda, el trabajo coordinado con sus clubes resulta vital, como así también la participación del chico en las competencias en las cuales su club esté involucrado.
Con el Mundial para Menores de 20 años como principal objetico a nivel competencia, los jugadores también participan de los encuentros del torneo Inter Academias, como así también de posibles giras internacionales o torneos sudamericanos. Esto se debe a que las competencias siguen siendo el mejor escenario para poder evaluarlos, y continuar adecuadamente con su formación deportiva.
La incorporación del área psicológica a la estructura de trabajo de las Academias es, sin duda, un aporte cualitativo y sumamente relevante para el mejor transitar de cada jugador por esta experiencia. El desarrollo de un jugador de rugby requiere que del desarrollo de una serie de habilidades, tanto físicas, técnicas, como psicológicas, para poder hacer frente a las demandas de entrenamiento y competencias, no solo para alcanzar un elevado nivel de rendimiento, sino también para hacer del deporte una experiencia satisfactoria.
Así lo expresa Javier Villa, psicólogo especialista en deporte, que viene trabajando junto a jugadores y staff desde principio de año: “El objetivo general que nos propusimos es el de colaborar en la formación integral del jugador desde la psicología del deporte, para así favorecer un desarrollo eficaz en términos de rendimiento, salud y bienestar psicológico, incluyendo a todas las personas que forman parte del proceso (entrenadores, preparadores físicos, médicos, kinesiólogos, nutricionistas y familias)”, detalló Villa, y agregó lo siguiente: “Apuntamos a tener una mirada más integral, que aporte no sólo al desarrollo deportivo del jugador, sino también a su desarrollo personal. Vale decir, que cada jugador pueda tener las herramientas para desarrollarse tanto como jugador, como en otras áreas de su vida”.
Además del trabajo diario que se realiza en forma conjunta con los jugadores y jugadoras, también se vienen realizando capacitaciones con las distintas áreas que conforman el Plan de Alto Rendimiento, particularmente con los Managers de las Academias. El objetivo es que cuenten con herramientas psicológicas y el conocimiento que les pueda aportar la psicología del deporte, para tener una mejor comprensión del jugador y sus necesidades, utilizando las estrategias psicológicas que pueden aplicar desde su rol en las diferentes áreas de su trabajo.
Ahora, ¿cuáles son los son los principales desafíos que tienen estos chicos? “Sabemos que uno de los desafíos es lograr que los jugadores puedan tener un desarrollo eficaz, en términos de bienestar, rendimiento y desarrollo personal, pudiendo equilibrar las distintas actividades de su vida con el compromiso que requiere participar de un Plan de Alto Rendimiento, sin que ello vaya en desmedro de su bienestar psicológico”, explicó Villa.
El proyecto final tiene en los jugadores que integran el seleccionado mayor su mejor exponente. Del plantel que venció recientemente a los Wallabies (34-31), en la 2ª fecha del Rugby Championship 2023, todos sus integrantes pasaron por el Plan de Alto Rendimiento de la UAR, y son el mejor ejemplo para conocer y describir como un proceso llevado adelante con sacrificio, buenas herramientas y profesionalismo, permiten a un jugador desarrollarse, capacitarse y estar listo para competir en el máximo nivel del rugby internacional.
El recorrido por cada Academia
–Academia Buenos Aires: tiene sede en Casa Pumas, su manager es Joaquín Lucchetti y aproximadamente tiene 100 jugadores, entre oficiales e invitados.
–Academia NOA: con sede Los Tarcos Rugby Club, en Tucumán; el manager es Álvaro Galindo y aproximadamente cuentan con 50 jugadores, entre oficiales e invitados.
-Academia Oeste: la sede es en Marista Rugby Club; el manager es Miguel Bertranou y aproximadamente tiene 30 jugadores, entre oficiales e invitados.
-Academia Centro: la sede es en el club Palermo Bajo, Córdoba, como manager se desempeña Galo Álvarez Quiñones y aproximadamente tiene 50 jugadores, entre oficiales e invitados.
-Academia Litoral: la sede es en el club Old Resian, en Rosario; el manager es Nicolás Galatro y aproximadamente cuenta con 50 jugadores, entre oficiales e invitados.
Comunicación UAR
Créditos: UAR