Una sola frase de Agustín Pichot graficó el espíritu de la primera conferencia de prensa de Los Pumas tras el tercer puesto en el Mundial: “¿Cuánto mejores podríamos ser si las cosas se hubieran hecho bien desde el principio?”.
BUENOS AIRES — Una sola frase de Agustín Pichot graficó el espíritu de la primera conferencia de prensa de Los Pumas tras el tercer puesto en el Mundial: "¿Cuánto mejores podríamos ser si las cosas se hubieran hecho bien desde el principio?".
En medio de un clima distendido, coronado por chistes internos y algo de euforia en los fanáticos que coparon la puerta del Hotel Panamericano, los integrantes del seleccionado argentino destinaron sus ironías a los dirigentes, y se acordaron de los conflictos que tuvieron con ellos durante los últimos años. De paso, les cedieron la responsabilidad de aprovechar el momento de popularidad que disfruta hoy el rugby.
"No hay una estructura sólida en este deporte. Y todos somos concientes de eso. Tenemos que trabajar en conjunto para abarcar desde las divisiones menores hasta el seleccionado argentino", aseguró Pichot. El manager del equipo, José Luis Rolandi, acompañó esa noción: "En medio de esta Pumamanía quisiera recordar los pormenores que vivió este equipo. El rugby no tiene ningún lugar de entrenamiento fijo y antes del mundial tuvimos que buscar un lugar prepararnos. Incluso hubo clubes de rugby que nos dijeron que no".
La postura de los jugadores no fue de enojo. Pero, aprovechando el poder y la atención que les transfirió el podio mundialista, continuaron con un reclamo que tiene su antigüedad, y que incluso determinó la renuncia transitoria de buena parte del plantel Puma.
Sin embargo, el propio Pichot reconoció algún mérito en esa debacle institucional. "De alguna manera, todas esas falencias de los dirigentes nos fortalecieron muchísimo como equipo, como grupo. Todas las cosas malas que pasaron nosotros las tomamos y las convertimos en positivas", confesó. "Eso no quiere decir que sea bueno tener problemas con la dirigencia, o que nos pongan palos en la rueda", aclaró Mario Ledesma. "No necesitamos esos inconvenientes, sino poder preparar cada partido de la mejor manera posible y sin inconvenientes", completó el hooker.
El mismo Pichot remarcó que "es muy importante que la dirigencia trabaje en conjunto, y no por medio de arrebatos políticos y peleas personales", y sostuvo que "con un mínimo apoyo, el rugby argentino puede lograr grandes cosas".
Marcelo Loffreda, también hizo su pedido a la UAR. "Los jugadores hablaron claramente desde adentro de la cancha. Lo que falta ahora para entrar a un torneo grande es algo que va del lado político: propuestas, planes y discusiones de los dirigentes. Para explotar esta efervescencia los dirigentes Estructura que permita recibir y contener a los jugadores que se suman a los proyectos", analizó el entrenador. Y sumó un deseo: "Ojalá que todo lo que logró este equipo pueda servir en esa mesa de negociaciones para poder ver a la Argentina en uno de los dos campeonatos más importantes que tiene el rugby mundial".
Rolandi fue aún más lejos: "Le pido a la dirigencia que sigamos el ejemplo de este grupo, que estemos unidos y con un objetivo común. Antes de hablar de entrar en el Tri Nations o el Six Nations preguntémonos qué rugby queremos. ¿Está decidida la dirigencia argentina a que su equipo dispute en esa competencia? Yo tengo mis dudas".
En cuanto a la continuidad del equipo, Loffreda aseguró que, aunque él dejará la conducción del grupo "la unión que tiene el equipo debe manterse". "Es indispensable que el espíritu de juego que tienen estos chicos en el tiempo más allá de los nombres. Aunque van a tener que darse muchas condiciones para que un equipo pueda repetir lo que hizo este en el Mundial".
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