¿Crisis? Quizás la actualidad del rugby porteño, que por su propio peso específico en la escena del rugby nacional afecta y asusta, haya sido por demás dramatizada.
Sí, hay dos posturas bien claras -quizás no enfrentadas, pero que por problemas de personalidad (por no llamarlos personales)- de difícil resolución, pero esto no es más que el debate que el rugby nacional se debe desde hace muchos años.
Parece que se llegó al momento de la definición y ni unos ni otros se prepararon para estar definiendo lo que debería ser un futuro a corto, mediano y largo plazo que unifique y no destruya. Cada uno se parapetó en su férrea postura que no difiere en principio de las otras salvo en algunos puntos que se pueden salvar y resolver si las partes estuvieran dispuestas a sentarse. Y es ahí donde falta la preparación del terreno para la negociación. Otros dirán la madurez.
Hay enorme desconfianza de unos con los otros; celos, agresiones, cobranzas de cuentas pasadas y porqué no de cuentas futuras. Tanta energía para el no cuando el sí es mucho mejor para todos. Más sano. Más productivo.
Los clubes son la base y la esencia de nuestro deporte. No llegó el día -y confío en los anticuerpos del mismo rugby para identificar el momento- en que se acerquen a este deporte quienes buscan tan sólo un camino profesional. Todos los jugadores de rugby, llevados inicialmente por padres o amigos, buscan llevarse algo: la enseñanza del rugby, su espíritu intrínseco y de cuerpo, la amistad y camaradería son valores agregados a la persona-lidad de quienes lo practican. Eso es lo que uno se lleva.
La devolución al rugby viene a partir del compromiso no firmado de devolverle con pasión, educación, alegría, esas enseñanzas y donde sea posible transferirlas a las generaciones futuras. Es un pacto que existió, existe y existirá.
Quienes pregonan un rugby de alto rendimiento de ninguna manera están contra esto. De hecho necesitan que los clubes generen esos jugadores que lleguen con el bagaje humano y deportivo para que con la camiseta argentina represente a toda la comunidad del rugby y al país.
Los que no están tan de acuerdo hablan de separar esa comunidad de elite de la base, cuando el alto nivel de esa base está cada vez más apuntado a la elite. ¿Juego de palabras? No. Sobre todo cuando uno escucha que uno de los clubes que firmó una carta destacando los principios que quiere y no quiere del rugby está pensando en hacer una pretemporada en un centro de alto rendimiento en Estados Unidos. Esto se viene gestando hace ya un tiempo por la dilación de la Unión de Rugby de Buenos Aires; en esencia sus clubes que no definieron con claridad el camino. Un grupo iniciático de 22 clubes, hoy serían 33, avanzó en una proclama -con serias falacias y muchas verdades- y apunta a conseguir el liderazgo de la URBA.
En cierta medida, la Unión Argentina de Rugby les dio la munición justa cuando debieron seleccionar dos planteles de Los Jaguares. Mientras esto afectaba a muchos clubes argentinos -disputando no sólo las finales de la URBA sino también el Torneo del Interior- fueron los que están en contra del sistema actual que pusieron al jugador de Hindú Belisario Agulla en el centro de la escena.
Dirán que no, pero de afuera se ve que al jugador de tan sólo 22 años lo inmolaron por una causa que no debe ni entender. Dirigentes decidiendo mal en nombre de los jugadores: un mal que aqueja, aquejó y aquejará a todos los deportes. Hoy Agulla ve su futuro con los seleccionados de manera incierta. Fue expulsado del plan de alto rendimiento: roja directa.
No ganó nadie. Tampoco las elecciones de la URBA tendrán un ganador y un perdedor. Habrán perdido todos un poco, porque no ponerse de acuerdo es frenar un avance que es inevitable. Podrá hacerse con reglas claras, menos claras u oscuras. Ese debería ser el debate. En tanto, el rugby pierde valioso tiempo. Hablan muchos y la escena no se tranquiliza ni se clarifica. Cualquier medio sirve para defender o atacar. Señores: no es en ESPN, Twitter, Internet o los diarios donde se decida esto. Es en un mesa, despojados de intereses personales o preconceptos y trabajando en unidad. Sí, una utopía total.
Por: Frankie Deges
www.alrugby.com
El campeón defensor jugará en este 2025 en el Córdoba Athletic, el club más tradicional de la ciudad. La buena voluntad y gestión del club fundado en 1882,...
Leer Más