Después de haber visto Argentina-Georgia (6-3 al término del primer tiempo), Irlanda-Namibia (32-17, resultado final), Irlanda-Georgia (14-10), Italia-Rumania (24-18) o Gales-Canadá (9-12, tras 40 minutos),
LYON, 16 de septiembre – Después de haber visto Argentina-Georgia (6-3 al término del primer tiempo), Irlanda-Namibia (32-17, resultado final), Irlanda-Georgia (14-10), Italia-Rumania (24-18) o Gales-Canadá (9-12, tras 40 minutos), ¿quién se anima a asegurar que se mantiene la diferencia tan grande que solía haber entre los equipos del Tier One y los otros?
En los diez días que lleva la IRB Copa Mundial de Rugby, aún no se ha dado una gran sorpresa. Pero hubo dos situaciones cercanas a ello: la victoria de Argentina en el partido inaugural ante Francia (17-12), que no termina de serlo ya que Los Pumas se encontraban en el sexto lugar del ranking, y el triunfo de Tonga (13° en el escalafón) sobre Samoa (10°) por 19-15.
Sin embargo, cada día se demuestra más que las diferencias son menores. Juan Martín Hernández, apertura de Argentina, explicó a qué se debe el emparejamiento: "La preparacion física y lo que evoluciona el rugby hace que los partidos sean más cerrados y la Copa esté muy linda de ver".
El jugador de Stade Francais continuó: "Son todos muy parejos, al menos durante los primeros 50-60 minutos. Los favoritos los pueden quebrar luego porque se cansan o no mantienen la concentración característica de los grandes equipos".
El segunda línea irlandés, Paul O’Connell, contó su sorpresa luego de la ajustada victoria ante Georgia: "Sabía que iban a ser físicos pero me llamó la atención su organización y su resistencia".
Sus compañeros son los que más se resisten a aceptar que el nivel de algunos ha subido y justifican los resultados apretados en errores propios. El entrenador del equipo del Trébol, Eddie O’Sullivan, dijo: "Estoy desilusionado con el rendimiento de nuestro equipo y mentiría si dijera que no estoy preocupado".
La fórmula de los equipos menores para emparejar el juego es defensa dura, mucho tackle, ataque cercano a las formaciones y un buen pie, tanto defensivo como ofensivo.
Peter Thorburn, coach de Estados Unidos, amplía el concepto: "La gran tanjente son las estructuras de defensa bajo presión. El problema es que sólo se puede practicar en partidos con presión y allí está el problema de nuestro equipo, de Georgia o de Namibia. No tenemos tantas oportunidades para practicarlo".
Omar Hasan Jalil, experimentado pilar argentino, cree que las diferencias (aunque mínimas) durarán una RWC más. "Creo que habrá que esperar cuatro años para ver que un equipo chico le gane a uno grande. No hay campeonatos fijos, fuera del Seis y el Tres Naciones, que permitan el progreso. El objetivo de todos es que crezcan los equipos y que sea aún más parejo. Es por el bien del rugby".
¿Tendrá razón Hasan o sólo habrá que esperar unos días?
irb.com