Diferencias políticas podrían demorar la modificación del estatuto que pretende la UAR para crear un equipo profesional con los Pumas; los dirigentes de la URBA dicen que no se los notificó y que se actuó con una urgencia innecesaria.
La vehemencia con la que la Unión Argentina de Rugby (UAR) presentó el llamado a una asamblea extraordinaria para reformar su estatuto, con el fin de conseguir un equipo profesional en el rugby argentino con los Pumas, parece haber encontrado el primer freno.
Ante la consulta acerca de esta situación, Néstor Galán, titular de la URBA, la Unión más poderosa del país, advirtió que la forma en las que se planteó el tema no le gustó: "Estoy sorprendido. No tenemos documentos oficiales. Nos enteramos por una conferencia de prensa. Les avisaron a medios antes que a nosotros".
Pero, además, las primeras voces mostraron que uno de los puntos en los que los dirigentes de las uniones no estarían dispuestos a ceder fácilmente es el del cambio de los períodos presidenciales. Actualmente, tal como lo expresa el estatuto, todos los puestos del consejo directivo se renuevan en un 50 % cada año y los mandatos presidenciales son de dos años, con una sola posibilidad de reelección. Con lo que se puede llegar, entonces, a un máximo de cuatro años.
La IRB pretende negociar más tiempo con la misma persona. No confía en la inestabilidad de la dirigencia argentina y, si va a invertir una cantidad de dinero mayor, quiere tener garantías de que la UAR cumplirá con las normas que se les exijan sin estar sujetas a los cambios presidenciales. "Tenemos un compromiso con la IRB de ampliar la duración del período de mandato de las autoridades, pero eso no sugiere que alguien quiera perpetuarse en el poder", dijo Alejandro Risler, titular de la UAR.
Jorge Cafasso, de La Plata, y ex titular de la URBA, dijo al respecto: "Esto podría tener sentido político (por la intención de cambiar el estatuto). Puede ser para lograr una extensión del mandato. Tengo la sensación de que están tomando las decisiones en forma extemporánea, teniendo en cuenta la cercanía de las elecciones (N. de la R.: deberían ser el mes próximo). No entiendo la premura".
Sin embargo, de cara a la posibilidad de formar un plantel profesional, se mostró abierto al debate: "No hay dudas, debe haber cambios. Ese es el tema de fondo y la discusión hay que tomarla de una vez por todas". Galán, en charla con LA NACION, prefirió no opinar acerca de este tema: "Nosotros estábamos esperando que se llamara a asamblea para el cambio de autoridades, que siempre es alredeor del 20 de diciembre, pero hasta ahora no han llamado. No sé nada y el tema se va a charlar mañana (por hoy), en el consejo de la URBA".
Galán (San Luis), Cafasso (La Plata) y Risler (Atlético del Rosario) provienen de la URBA. Esta Unión es la que mayor cantidad de votos tiene en la asamblea, y si esos votos se presentan como una sola fuerza, sólo serían superados en cantidad por la unidad de las uniones del interior del país.
Son conocidas algunas diferencias anteriores entre los dirigentes. Sin embargo, cuando anteayer Hugo Porta -vocal de la UAR- dijo que se deberá mostrar un mensaje de unidad del rugby argentino ante la IRB en la reunión que se hará entre el 26 y el 30 del actual, reconoció que la semana última estuvo reunido con los dirigentes de la URBA. Aunque, por lo visto, hay muchas asperezas que limar todavía.
Pichot, una señal desde Europa a la UAR
El fín de semana último, Raúl Sanz, secretario de la UAR, recibió, desde Francia, un mail de Agustín Pichot. "Ahora es el momento de que actúen ustedes", decía. Nada de reproches ni mala onda. En todo caso, una señal de apoyo a la entidad.
Por J.M. Trenado y A. Miranda
De la Redacción de LA NACION