Sydney es una de las ciudades más bellas del mundo. Tiene dos postales mundiales como el famoso Harbour Bridge y la Casa de la Opera. Espectacular por donde se la mire, esta ciudad será, a partir de noviembre, sede de la SANZAR, la empresa que forman Sudáfrica, Australia y Nueva Zelandia y a la que Argentina quiere sumarse.
El recorrido del seleccionado argentino tiene una parada ya definida: a partir del 2012 competirá con los All Blacks, losWallabies y los Springboks (el uno, dos y tres del ranking mundial) en lo que se llamará Four Nations (Cuatro Naciones). Hace poco menos de un año llegó a las oficinas de la UAR una invitación a sumarse a esa elite, pero era condicional de algunos puntos que, con ayuda externa y trabajo interno, fue cumpliendo.
El más complicado era el de la disponibilidad de los mejores jugadores. Eso lo resolvió el IRB -el principal soporte de la UAR en estos momentos- al plantear el cambio de la regla 9 de su reglamentación, que legisla sobre la disponibilidad de los jugadores para sus seleccionados nacionales. Sometido a votación entre los países que componen el IRB, recibió aprobación casi total (tan sólo Inglaterra se abstuvo de votar a favor). Quedarán a futuro negociaciones con clubes y jugadores, pero ya amparados en legislaciones que acompañan a la UAR.
El IRB financiará a los tres países con un total de 2,5 millones de dó-lares anuales y eso destrabó otro tema que era el del lucro cesante.
Ahora es la UAR la que se sentará a la mesa, hoy y mañana, en Sydney, para pedir lo suyo.Y esto es poder participar de la SANZAR como miembro y no como invitado. La diferencia no es semántica, es bien real. “Es importante para nosotros como Unión, más allá de los aspectos económicos, por un tema de respeto a nuestra historia y a los logros deportivos que nos avalan. Queremos una relación semejante a la de Italia en el Seis Naciones”, explicó el presidente de la UAR, Luis Castillo.
Para ello, viajó hasta Sydney el ex capitán de Los Pumas, Agustín Pichot, una especie de canciller de la UAR. Cargado de botines para entrar a un campo de juego difícil, ya que este “partido” se jugará en las oficinas de la Unión Australiana, donde hará de local John O’Neill, quien más piedras ha puesto en el camino argentino. Se sabe a priori que es imposible soñar con que abran tanto el juego como para que la UAR sea socia en partes iguales (hoy cada unión tienen en SANZAR mismo porcentaje político). Pero es importante asegurarse una pata dentro de la agrupación.
“Así podés planificar bien a futuro porque si somos nación invitada, ¿qué pasa si después de unos años deciden cambiar de país invitado?”, comentaba un dirigente argentino a AlRugby.com.
Y es ahí donde radica la gran batalla que con la bahía de Sydney de fondo se librará. Bien lo dice Pichot: “Estas reuniones son muy difíciles. Se hablará de contratos, de recursos y de utilidades. No será fácil, pero hay que ser positivos y exigir algo justo para nuestra unión. De este futuro dependerá el crecimiento de nuestro rugby”.
Lo que quedó claro en la información que distribuyó la UAR es que Los Pumas no deberán hacer base en el extranjero para el Four Nations como lo hacen Los Pampas XV. Esto lo clarificó Manuel Galindo, presidente de la Subcomisión de Alto Rendimiento (en la que también participa Pichot). “Si bien no está previsto hablar de fixtures en esta reunión, el torneo tendrá a los cuatro equipos jugando de local donde cada uno designe”.
Se vienen buenos tiempos para el rugby argentino. Mucho dependerá de lo que pase en Sydney.
Por: Frankie Deges
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