A mitad del recorrido de la travesía rugbística argentina por tierra andaluza, Luciano
González, riojano de nacimiento y cordobés por adopción (de chico se fue a vivir a Villa
General Belgrano), en esta jornada de descanso y viaje, también se brindó para desarrollar
una reflexión sobre lo sucedido en el Seven de Málaga.
“En verdad, fue un fin de semana un poco raro, con mezcla de sensaciones. Porque tuvimos dos bajas importantes con la ausencia de los capitanes (Álvarez Fourcade y Revol), y también la lesión de Tomi (Elizalde) justo en los cuartos de final, y eso nos obligó a tener que pelearla con lo que teníamos. Así, empezamos el torneo un poco abajo con Jamaica, pero no tuvimos problemas. Después, con España, se vio la madurez del equipo, porque supimos reaccionar”.
“Las bajas se sintieron, pero en verdad esa adversidad nos hizo fuertes; el aporte de los chicos que asumieron el liderazgo, Felipe (Del Mestre), Germán (Schulz) y Lauti (Bazán Vélez), terminó siendo clave. Fuimos evolucionando con el transcurso de la competencia”.
“Algunos chicos tuvieron que desempeñarse en roles a los que no están tan acostumbrados, y la verdad que lo hicieron muy bien. Eso también le sirve un montón al equipo”.
“Volver a jugar una final -completó- fue muy importante; no solamente para la Argentina,
sino para nosotros desde lo anímico. Porque pudimos sobrepasar esa barrera de los cuartos
de final y las semifinales. Estar entre los dos primeros es un plus, que nos da más fuerzas
para seguir trabajando. Es muy valioso que podamos mantenernos ahí arriba, que sigamos
jugando con los mejores hasta llegar lo que va a ser el Mundial, en septiembre en Sudáfrica”, señaló González, el tryman del seleccionado nacional en la actual temporada de WRSS, con 12 conquistas en los tres certámenes que se llevan disputados.
UAR
Créditos: UAR/World.Rugby