Haber terminado la serie de tres amistosos en condición de invicto fortalece la confianza, pero en la intimidad de Francia no quieren dar muestras de descuido, y prefieren la mesura.
Haber terminado la serie de tres amistosos en condición de invicto fortalece la confianza, pero en la intimidad de Francia no quieren dar muestras de descuido, y prefieren la mesura. "Lo tranquilizante es que los jugadores mostraron, a pesar de la calidad de Gales, el deseo de desplazar el juego hacia afuera y de avanzar. Ahora, para levantar la Copa, hay que ganar el 7 de septiembre -ante la Argentina-. Cada cosa a su tiempo", fueron las palabras de Bernard Laporte, entrenador francés, luego del triunfo de ayer ante los Dragones Rojos por 34-7 (17-7 en el parcial). Además del éxito en Cardiff, el conjunto tricolor se impuso en la serie frente a los actuales campeones del mundo, Inglaterra (por 21-15 y 22-9).
Cuatro conquistas marcaron los franceses, a través de Thion, Mignoni, Rougerie y Bruno; Beauxis acertó tres goles y dos penales, mientras que Elissalde aportó una conversión. Los tantos de los británicos los hizo Hook (un try y un gol). En esta última función, los campeones del Seis Naciones dispusieron una formación mixta entre algunos titulares y otros que habitualmente no lo son, además de otros enroques posiciones. La alineación bleu fue la siguiente: Heymans; Rougerie (Dominici), Jauzion, Skrela (Traille) y Clerc; Beauxis y Mignoni (Elissalde); Martin, Harinordoquy (Dusautoir) y Betsen (c); Thion (Pelous) y Chabal; De Villiers (Poux), Szarzewski (Bruno) y Mas (De Villiers).
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