El martes, pasadas las 20, en el predio del Córdoba Athletic Club (ubicado en Mauricio Revigliono y calle pública 5), Ignacio Segamarchi, a quien apodaban “Mono”, entrenaba con su equipo cuando de un momento a otro se desplomó sobre el césped.
Su padre, presente en el lugar, llamó inmediatamente al 911 para pedir ayuda mientras el personal del club llevó al joven a otro sector del predio para realizarle los primeros auxilios. Tras llegar dos ambulancias, los médicos continuaron con las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) durante al menos 45 minutos, pero no pudieron reanimarlo y confirmaron su deceso por paro cardiorrespiratorio, informó El Doce TV.
Desde el club emitieron un comunicado en el que expresaron su tristeza y enviaron condolencias a la familia de Ignacio: “Acompañamos a sus padres, a su familia, sus amigos y compañeros de la M16, brindándoles todo nuestro apoyo y elevamos una oración a Dios por el eterno descanso de su alma”.
Al conocerse la noticia muchas personas enviaron mensajes desde las redes sociales para despedir al joven y brindar su apoyo a la familia. “Imposible explicar lo inexplicable, que en paz descanse y mi acompañamiento a esos padres rogando para que el tiempo atenúe esa inmensa pena”, escribió una persona que asiste al club.
Asimismo Gregorio Marcos Martínez Zorrilla, quien se presentó como un exentrenador, escribió: “Para alguien que nació deportivamente en Athletic, casi con la misma edad, recibir semejante noticia, me invade una tristeza inconmensurable. Más si agrego que fui responsable, como entrenador, de muchos chicos de su edad. A toda su joven familia, les envío mis condolencias y un fuerte abrazo, pleno de fe cristiana. A mi querido Córdoba Athletic Club, mi solidaridad insobornable para tan difícil momento. Oremos un Padre Nuestro por esta inocente almita para que descanse en paz. Amén”.
Ignacio era capitán del equipo y el 27 de julio cumplía 16 años.
Otro caso de muerte súbita
El pasado febrero, un joven de 17 años que jugaba al fútbol en Independiente de San Cayetano falleció en forma súbita mientras entrenaba en la sede del club, ubicado en la ciudad homónima al sudeste de la provincia de Buenos Aires, donde integraba las categorías inferiores.
La víctima, identificada como Thiago Baca, jugaba de marcador lateral derecho en el equipo dirigido por Maximiliano Montiel y el año pasado participó con su equipo de la final del Reserva ante Mataderos. El adolescente, que se desempeñaba en la categoría 2005, murió durante el entrenamiento del equipo y su caso generó conmoción entre sus compañeros y también en la comunidad.
En todo el mundo se producen alrededor de tres millones de fallecimientos por muerte súbita al año, lo que equivale a 1000 episodios por día, según la Organización Mundial de la Salud. En la Argentina, se calculan cerca de 40 mil casos por año y se relacionan con enfermedades cardiovasculares. Es por eso que los especialistas indican estar muy atentos a síntomas como palpitaciones o dolores -especialmente durante el ejercicio- tanto en niños como en adultos.
En julio del año pasado, la ley de muerte súbita fue reglamentada y establece la obligatoriedad de contar con desfibrilador y capacitar al personal de ciertos lugares de acceso público y privado, entre los que se mencionan estadios y centros deportivos y recreativos, cárceles, comisarías, centros de salud, establecimientos de salud mental, así como también aquellos espacios que tengan una afluencia, o permanencia, de más de mil personas diarias.
Se estima que, si se practican maniobras de resucitación cardiopulmonar dentro de los primeros 10 minutos, la sobrevida de la persona afectada es del 75%.
LA NACION