Cerrar el año competitivo con una victoria, puede entenderse como la mejor forma de terminar la temporada, que no fue buena, y cuyos objetivos propuestos a comienzos de año habían sido otros a los que tuvo que apuntar, luego, en gran parte del torneo.
San Martín ayer le ganó por 29 a 12 a Aero Club de Río Cuarto, resultado que permitió completar el calendario anual del Torneo Oficial de la Unión Cordobesa de Rugby y con el que quedaron condenados los del sur provincial, a descender de categoría. Los “Tricolores” cerraron un año con altibajos, resultados inesperados, algunas bajas importantes por lesiones, y una interna institucional que parece acentuarse con el paso de los años y repercutir en los planteles del club.
Los objetivos propuestos a comienzos del año dieron un vuelco durante la primera fase del Oficial, y las ilusiones terminaron puestas en la lucha por no descender. Prácticamente hasta el partido anterior, el fantasma de la pérdida de categoría sobrevoló barrio Las Acacias.
Al final, y con algunas derrotas inesperadas, el “Tricolor” tuvo esforzarse para zafar de la zona comprometida. La victoria hace dos semanas atrás ante Córdoba Rugby le dio algo de aire, para esperar el partido de hoy. El resultado en la definición del Final Four Descenso, en donde Carlos Paz venció a Córdoba Rugby, lo favoreció y definitivamente lo alejó de la posibilidad de perder la categoría.
Ayer, prácticamente, el “Tricolor” no jugaba por nada. Solo una ubicación en la tabla general que definirá la zona que tendrá cuando juegue en el Torneo Integración Centro Andina 2017.
Si era importante para Aero Club; un triunfo lo dejaba en primera y condenaba a Córdoba Rugby. Además, el partido cerraba un cuadrangular que puso en ridículo a la Unión Cordobesa de Rugby, ante la desastrosa y desatendida organización del mismo. Como si faltara algo más a todo lo sucedido durante el mismo, ayer la empresa de transporte contratada para buscar a Aero Club y trasladarlo a Villa María, avisó que no contaba con unidades disponibles y los riocuartenses tuvieron que movilizarse en sus vehículos para mostrar su compromiso de jugar el partido.
Los 80 minutos
El partido, al fin y al cabo, prometía lo que mostró en la cancha. Un bostezo largo de 80 minutos.
Un desarrollo tan monótono y aburrido que hasta los pocos espectadores que se acercaron a la cancha del “Tricolor”, se entretuvieron con otra cosa y alejaban de a ratos la mirada de lo que ocurría dentro de la cancha. En pocas palabras: un bodrio.
No tuvo acciones atractivas para generar la atención de los espectadores. Ni despliegues con un juego estético y digno de elogios.
En la primera mitad, San Martín supo aprovechar algunos desajustes defensivos de la visita que terminaron en tries y sacaron una ventaja que no se demostraba en la cancha. Oliveros, Alaniz y Mussini, apoyaron en el ingoal visitante, más la conversión de Furlán en el primer try le permitieron a los “Tricolores” sacar ventaja de 17-0.
Casi sobre el cierre, Klinkeit apoyó sus try, y la primera mitad se cerró con el marcador 17-5, para el local.
En la segunda parte, Aero Club tuvo otra actitud, aunque mostrando un evidente entusiasmo, pero con carencia de ideas. La visita buscó desde el inicio el descuento y a los 4 minutos con try de Bustos y la conversión de Klimkeit, le permitieron achicar 12-17 el tablero.
Tuvo algunos intentos más. Luego el juego se volvió chato, con intentos de uno y otro de romper la defensa contraria. Ambos equipos evidenciaron el desgaste físico de una larga temporada y eso contribuyó a un juego pobre, de bajo vuelo técnico y táctico. En la segunda mitad del complemento, San Martín volvió a aprovechar los desajustes defensivos de su rival y la experiencia de Kevin Díaz y del “Yankee” Atienza le permitieron sumar nuevos tries, más una patada de Ludueña para sumar la conversión y terminar ganando 29 a 12.
Con tiempo cumplido, el árbitro del partido (el bueno de Janson Mola, que debe mejorar el carácter cuando trata con la prensa) se apiadó de todos y dio el pitazo final. Los pocos espectadores que observaban el juego, respiraron aliviados. El partido había terminado.
Ultimo partido
El partido de ayer marcó el final de un largo ciclo. Mauricio De Zárate y Agustín Morra dirigieron su último partido al “Tricolor”. Con distinto perfil, ambos son parte de la historia del “Tricolor” y hace varias semanas que ya habían comunicado a varios integrantes del club que el ciclo estaba terminado.
La mejor forma de despedirse fue con una victoria y luego del partido ambos recibieron el abrazo de varios de los integrantes del plantel que reconocieron su trabajo y esfuerzo. Habrá que esperar hasta el inicio de la temporada 2017, para saber si algunos de ellos, opta por seguir colaborando con el club, dirigiendo alguna división juvenil e infantil. Conociéndolos a los dos, es imposible pensar que no seguirán ligados, de una u otra forma al trabajo en el rugby “Tricolor”.
Gentileza – Gustavo Ferradans (www.eldiariocba.com.ar)
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