Crusaders se han visto obligado a retirarse de su partido del Super Rugby Pacific contra Blues este fin de semana.
Este martes, Crusaders confiaba que podrían presentar un equipo competitivo para enfrentar a Blues en Christchurch el sábado, pero el aumento del número de casos de Covid-19 obligó a repensar la situación.
De esta manera y ya en día miércoles en Nueva Zelanda, se comunicaron con la organización para retirarse del encuentro de la quinta fecha.
Se entiende que la franquicia de la cual forma parte el argentino Pablo Matera, tuvo que retirar a cuatro jugadores antes de su partido contra Chiefs el fin de semana pasado, confiando en poder nombrar un equipo competitivo para enfrentar a Blues, pero pruebas posteriores revelaron que había más infecciones.
El capitán y segunda línea de los All Blacks, Scott Barrett, estuvo entre los que tuvieron que retirarse del juego ante Chiefs.
El Covid-19 continúa dificultando la vida de NZ Rugby, ya que se esfuerza por organizar partidos.
Los Blues y los Highlanders , por su parte, se vieron obligados a cancelar los entrenamientos de este martes por un brote entre jugadores.
El problema para NZ Rugby y los seis equipos de Nueva Zelanda es que es difícil brindar claridad a la emisora Sky, los socios comerciales y los hinchas.
Como dijo una fuente: “Esta situación cambia cada hora”.
Es probable que las partes restantes esperen lo más tarde posible antes de hacer una llamada final, con la esperanza de que algunos partidos puedan seguir adelante.
Se entiende que NZ Rugby no ha entregado una fecha límite estricta para que las franquicias cumplan.
Moana Pasifika y Hurricanes estaban programados para jugar el fin de semana pasado, pero tuvieron que posponer el partido porque alrededor de 20 jugadores de los “Canes” estaban aislados. Se cree que están en la mejor posición para los equipos este fin de semana. Volver a poner a Moana Pacific en la cancha será crucial para la credibilidad de la competencia.
Moana Pasifika solo jugó un partido, contra Crusaders el 4 de marzo, en su temporada de debut.
Esto fue consecuencia de que Moana Pasifika se infectó con el virus a comienzo del torneo, lo que los obligó a posponer sus partidos iniciales contra Blues, Chiefs y Hurricanes el fin de semana pasado.
Si se posponen más partidos, las franquicias quieren asegurarse de que todo se haga para jugar en una fecha posterior en lugar de cancelarlos y compartir dos puntos de competencia cada uno. Retrasar el fixture también podría tener un lado positivo para todas las partes.
Si el Ministerio de Salud permite que más fanáticos asistan a los cruces en un futuro cercano, las franquicias agradecerán la oportunidad de asegurarse los ingresos que tanto necesitan.
Inicialmente, Highlanders estaba programado para jugar contra Moana Pasifika en Dunedin el viernes por la noche de Nueva Zelanda.
A esto le seguirían Crusaders recibiendo a Blues en Christchurch la noche siguiente, y los Hurricanes reuniéndose con Chiefs en Wellington el sábado por la noche de Argentina.
El lunes, NZ Rugby anunció que cambiaría los dos últimos partidos para darle a los Hurricanes un día adicional para preparar a sus jugadores para el regreso del aislamiento debido a Covid-19.
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