Nueva Zelanda superó a Sudáfrica 24-17 el sábado en Eden Park, Auckland, en un duelo vibrante correspondiente al Rugby Championship. Los All Blacks dominaron gran parte del encuentro y se quedaron con el conteo de tries por tres a dos, confirmando su poderío ante los campeones del mundo.
El equipo dirigido por Scott Robertson fue ampliamente superior, aunque la actuación del árbitro inglés Karl Dickson no pasó desapercibida. Diversas voces cuestionaron su desempeño por la cantidad de interrupciones que cortaron el ritmo del partido.
Uno de los más críticos fue el excapitán neozelandés Murray Mexted, quien en declaraciones a DSPN señaló: “Francamente, no sé por qué usamos árbitros británicos. Me costaba entender algunas decisiones. La naturaleza oficiosa de los árbitros del hemisferio norte perjudica al rugby del hemisferio sur”.
Mexted defendió la identidad del juego del sur:
“Aquí tenemos los mejores equipos si mirás las clasificaciones, y el rugby suele ser más entretenido. Queremos ver un partido de 15 jugadores de verdad; scrums, line-outs, dinámica de ataque. El rugby debe ser un espectáculo”.
A pesar de reconocer que Dickson hizo un trabajo “razonable”, insistió en que el árbitro “se excedió” en su uso del silbato.
El encuentro fue considerado el más esperado desde la final de la Copa del Mundo 2023 y, en muchos aspectos, cumplió con las expectativas: intensidad, físico imponente y momentos de alto nivel.
Los Springboks, aunque lejos de su mejor versión, mostraron resiliencia y se mantuvieron en partido hasta el cierre. No obstante, para Mexted, el choque no alcanzó la calidad esperada:
“Esperábamos un nivel magnífico entre los dos mejores equipos del mundo. El clima influyó, pero también la manera autoritaria del árbitro. Debería haber dejado jugar más”.
Más allá de las polémicas, el exjugador neozelandés remarcó que disfrutó el espectáculo: “Fue una gran batalla entre dos equipos y disfruté cada segundo”.