Nicolás Freitas forma parte del grupo de jóvenes jugadores uruguayos que, con muchísima experiencia sobre sus espaldas, van a encarar desde el 16 de marzo una nueva edición de la SLAR. Contó su mirada y sus deseos acerca del futuro mediato e inmediato del rugby local y regional.
Peñarol tiene un plantel con muchísima juventud y entre esa juventud, hay jugadores veteranos -en experiencia- pero que aún son jóvenes. Entre ellos, Nicolás Freitas.
Apenas veintisiete años, pero “con más pretemporadas que años”, según nos dice, cuenta el presente esperanzador del equipo, del sueño que desvela a muchos y de los roles que tanto a él como a los más experimentados les toca llevar.
“Hablamos y hablamos con los chiquilines de diecinueve, veinte, veintiuno… les contamos lo que costaba, lo que era antes soñar con este rugby y lo que es ahora. Ellos tienen a la mano, en su país, en la región esta oportunidad”.
“A veces, hasta nos sorprendemos diciéndolo, porque es así: seis años atrás ni cerca podíamos soñar en algo como la Superliga Americana de Rugby ni ser profesionales en tu país. La mira estaba puesta en algún club de Europa y a la vez, en combinar eso con el estudio” dice Nicolás, que está cerca de recibirse de Contador Público.
Nicolás tuvo la posibilidad de estar una temporada completa integrando el plantel del Súper Rugby de Jaguares, en Argentina. Aunque no pudo sumar minutos en el campo de juego, aprendió lo que era el profesionalismo.
Su ejemplo y tiempo en el alto rendimiento, más los de los demás jugadores uruguayos muy experimentados, son aportes claves en esta estructura de Peñarol Rugby.
Si en algo coinciden todos es en las ganas de que comience la Superliga Americana de Rugby. “Hasta acá, la pretemporada ha sido fuerte. Poder jugar este torneo, por las características especiales que va a tener, será una vivencia que va a fortalecer la cabeza de aquellos que la disputen”, afirma.
“Por supuesto, va a requerir un temple importante, dentro y fuera del campo de juego”.
Para el rugby de la región, el proceso de crecimiento ha tenido momentos claves. La Superliga es uno de esos.
“En cinco o seis años, cuando la SLAR sea el torneo afirmado, consolidado que todos estamos seguros que será, podremos decir que hemos sido parte de su historia y de la de Sudamérica”.
Tiene claro Nicolás que mucho del esfuerzo de ayer y el de hoy ayudará a la región a tener mejor rugby en todos los países.
“En los que participan, seguro. El nivel va a crecer. También, con el aporte de los jugadores argentinos que como nos pasa ahora, entraron al grupo en Peñarol hace un par de semanas y pareciera que llevan toda su vida acá. En Colombia y Paraguay, su participación también va a ayudar a guiar a los demás”, dice.
Regresa sobre el tema de la historia. “Siempre me gustó más la matemática que la historia, por eso estudié para ser Contador. Ahora, en términos de contarles a los más chicos acá y a todos en realidad, que lo que estamos viviendo va a ser parte de la historia grande del rugby de la región, de eso estoy seguro”, explica el jugador surgido en el Carrasco Polo Club.
Quiere arrancar a jugar. La voz lo delata. Las ganas están a flor de piel. “Para un jugador, lo más lindo es jugar. Lo bueno de esta temporada es que para nosotros en Uruguay está toda diagramada y bien armada. El año ya arrancó y esperemos que cuando termine, sea como esperábamos”.
En el epílogo de la charla, lo inevitable. “¿Si voy a jugar de centro o de wing? Ojalá que de centro y para eso me estoy preparando fuerte, pero nada quiero más jugar. De tercera línea, de hooker, de wing o de lo que sea. La SLAR primero, la clasificación a Francia 2023 después, quiero jugar. Queremos jugar”.
Falta poco. Apenas, un par de semanas.
Slar.rugby
Crédito: Paulo Petkoff