Nacido en 1958, jugó 22 tests con los Pumas y llegó a la UAR de la mano del ex capitán.
La Unión Argentina de Rugby (UAR) tendrá desde hoy un nuevo presidente –el número 45 en los 123 años que cumplirá el 10 de abril–, pero lo que no cambiará, sustancialmente, será el rumbo político que se selló en la última década y media. Gabriel Travaglini, ex Puma, campeón, capitán, entrenador y presidente del Club Atlético San Isidro, dejará la vicepresidencia que ocupó en los últimos cuatro años para subir un cargo más y reemplazar de ese modo al sanjuanino Marcelo Rodríguez. La asamblea que comenzará a las 11, y en la que también se tratarán la memoria y balance y el presupuesto 2022, tendrá trámite rápido: se presentará una sola lista, que en sus términos generales viene consensuada desde 2018, cuando se acordó que la presidencia retornaba a alguien de la Unión de Buenos Aires (URBA). Y en esa vía, el elegido ya era Travaglini.
Miembro de una familia con larga y rica historia en el rugby argentino y en el seleccionado, Gabriel Travaglini jugó 22 tests con los Pumas: debutó en 1978 con Inglaterra (13-13) en Twickenham y disputó el último en 1987, por la Copa del Mundo, ante Nueva Zelanda (15-46), en Wellington. Será el quinto jugador del seleccionado que llega a la presidencia de la UAR. Antes lo hicieron Luis Gradín, Puma del 65, entre 1996 y 2000, y Alejandro Risler, que no jugó tests, pero formó parte del equipo que realizó la mítica gira de 1976 por el Reino Unido e Italia, en 2006-2007. También jugaron en el equipo nacional y fueron presidentes Frank de Maitland Heriot (1928-1932) y Oswald St. J. Gebbie (1936-1940). Desde hoy, la URBA estará nuevamente al frente de la UAR tras las gestiones del tucumano Luis Castillo (2009-2013, primera en toda la historia por fuera de Buenos Aires), del rosarino Carlos Araujo (2014-1018) y de Rodríguez (2018-2022).
Travaglini, camada 1958, tendrá una ardua tarea por delante en varios frentes. Por el lado de los clubes, la dura situación económica que afrontan decenas en todo el país; por el lado de las Uniones, el reclamo cada vez más insistente de fortalecer la competencia interna, sobre todo a través del regreso del Campeonato Argentino; y en el sector de la alta competencia, no solo los Pumas y la cercanía con la Copa del Mundo del año próximo –más completar el staff de Michael Cheika y resolver el posterior a 2023, ya que el australiano no seguirá cualquiera sea el resultado en Francia–, sino también de encontrar una alternativa superadora a la Slar, por ahora la única apuesta fronteras afuera.
Al igual que las tres anteriores gestiones, Travaglini llegó a la UAR bajo el signo de Agustín Pichot. Él mismo lo remarcó en una entrevista que concedió en 2020 al sitio Eden Park: “Cuando Agustín me propuso ser presidente de la UAR le dije: “No tengo ganas, no me interesa”. Insistió y le dije: “Bueno, pero si vos algún día venís y me decís Gabriel, andate a tu casa, te doy un beso, un abrazo y yo pago el asado”. Travaglini estaba como candidato a presidente de la UAR en 2018, pero después de varias reuniones se acordó que fuera Rodríguez.
La URBA mantendrá la secretaría, el otro cargo importante dentro del Consejo. Mario Dobal (Delta) reemplazará a Fernando Rizzi (CUQ), uno de los hombres fuertes en los últimos años, con presencia en la World Rugby y la Sanzaar. Tucumán retorna a la UAR con la vicepresidencia segunda a cargo de Marcelo Corbalán Costilla, quien viene planteando diferencias con la conducción. Desde ahí pueden generarse movimientos importantes. Buenos Aires tendrá cuatro lugares más; Córdoba, dos (uno, la vicepresidencia), y el resto se repartirá entre las otras 12 uniones. El tiempo dirá si se trata de algo más que un cambio de nombres.
Por Jorge Búsico
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