El fin de semana pasado, Sudáfrica mostró un rugby expansivo frente a los Wallabies, al punto de ponerse 22-0 arriba en apenas 20 minutos en Johannesburgo. En tanto, Nueva Zelanda, bajo la conducción de Scott Robertson, se apoyó en su dominio de las formaciones fijas —scrum, line y maul— para superar a Los Pumas en Córdoba.
El ex capitán sudafricano Jean de Villiers resumió la situación con ironía: “Los All Blacks juegan como los Springboks y los Springboks juegan como los All Blacks”.
Por su parte, Schalk Burger destacó la primera mitad de los neozelandeses en Córdoba, aunque señaló que Argentina fue un rival cargado de errores: “El lineout no es muy bueno, su disciplina fue pobre y no pueden detener un maul. Hubo tres tries de maul por parte de los All Blacks”.
La llegada de Tony Brown al staff de Rassie Erasmus buscó precisamente ampliar el repertorio ofensivo de los Boks, mientras que Robertson ha priorizado fundamentos y trabajo en formaciones, en detrimento de la fluidez habitual del ataque kiwi.
Para Hanyani Shimange, ex hooker de los Springboks, el cambio es evidente: “Es interesante lo que están haciendo los All Blacks. Hay un cambio de estrategia claro”.
El Rugby Championship no solo ofrece espectáculo en el marcador, sino también un cruce de estilos que hoy parecen invertidos.