Federico Salazar, wing del Jockey de Córdoba, explicó los motivos de la resonante victoria ante Duendes, en Rosario, en su despedida del torneo. El 15 hípico finalizó con una muy buena imagen en el Nacional de Clubes.
El campeón defensor del título ya estaba clasificado dos semanas antes del final de la primera fase, condición que no alteró en ningún momento el espíritu combativo del plantel. Como reconocen los protagonistas de esta derrota, ya sin presiones no dudaron en hacerle cuarenta puntos al SIC seis días antes.
Haber presentado muchos cambios para este último encuentro, tiene muchas razones y consideraciones tácticas reconocibles a esta altura de una competencia tan exigente. Léase lesionados, descansos obligados, recuperación de otros para encarar los partidos definitorios, y por supuesto la integración de jugadores a un sistema y un estilo que vistió de copas las vitrinas del barrio Las Delicias.
En este contexto la victoria de los cordobeses tiene doble mérito, pues se debían una alegría de este tipo y porque los depositaba lejos de tener que luchar para mantener la plaza para la región en el certamen de 2015.
“Estamos muy contentos con esta victoria. El primer tiempo no fue nada fácil como pudo haber parecido desde afuera. Hicimos bien las cosas, estuvimos cien por ciento concentrados y con eso sorprendimos a Duendes que es un gran equipo”, señaló Salazar.
En lo referido a la producción propia y de sus compañeros agregó “En el primer tiempo sacamos una buena diferencia en el tanteador. Pero como pudieron ver en el segundo no aflojamos, ellos se vinieron como era lógico que sucediera y allí encontramos los espacios para apoyar tres veces más. Eso demuestra que el equipo siguió apretando el acelerador”.
Para terminar reconoció: “Nuestra bandera es siempre la defensa y la concentración. Tenemos que tacklear todo lo que se mueva y no dejar espacios sin cubrir, para evitar que nos ganen la espalda”.
Ahora llegan tiempos de definición. Por la entrega de los jugadores de cada club de todas las uniones participantes y por el infaltable toque del azar de un sorteo, Rosario será testigo privilegiado de las dos semifinales, cuando Duendes reciba a Hindú y sus primos de Jockey hagan lo propio con CUBA.
Jorge Franco – UAR
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