El equipo irlandés derrotó a Toulouse por 16 a 13 y levantó por segunda vez en su historia la Copa de Europa de Rugby. Un try de Leamy y tres penales de OGara le dieron el triunfo a Munster
Ambos habían sorteado compromisos muy complicados en las instancias de semifinales. Los 2 equipos llegaban con una historia reciente de festejos en este certamen.
El Millenium Stadium de Cardiff se vistió de gala para recibir a dos colosos del rugby europeo: Munster y Toulouse. El partido se planteó en la previa como una verdadera batalla y así lo hicieron saber los equipos desde el minuto cero.
Toulouse tomó la ventaja con un drop de Elissalde a los 10 minutos. El duelo de packs primó en casi toda la primera etapa y el nerviosismo se apoderó de ambos conjuntos. Solo sobre el cierre del primer período llegaron las emociones.
El octavo de Munster, Denis Leamy marcó el primer try del encuentro faltando 2 minutos para el cierre del primer medio. La positiva conversión de OGara le daba la ventaja a los irlandeses por 7 a 3, aunque un minuto más tarde el mismo OGara con un penal estiraría la ventaja a 10 a 3. Cuando se jugaba 1 minuto de adición, Elissalde también marcó a través de un penal para dejar el parcial 10 a 6 y dejar abierto el encuentro para la segunda etapa.
En el complemento OGara volvió a ser efectivo en su envío a los postes y a los 11 minutos estiraba diferencias (13-6). Cuando se jugaban 14 minutos del complemento Heymans comenzó una jugada que finalizaría con el try del wing Yves Donguy. La conversión de Elissalde dejaba el partido igualado en 13 puntos con más de 25 minutos por jugarse.
Y en ese último tramo del juego, Munster sacó rédito. En los tramos decisivos, cuando una equivocación cuesta caro, allí los irlandeses fueron más astutos y aprovecharon la mínima chance que se les presentó. Un penal de OGara en el minuto 24 de la segunda mitad fue la diferencia que le daría la corona a Munster.
Las 74.500 personas que colmaron el estadio se retiraron con sensaciones encontradas. Del lado irlandés la satisfacción de haber conquistado un nuevo título, el segundo en apenas 3 años. Por el sector francés, la desazón de no poder repetir una gesta que tuvo su última alegría en 2005. Lo cierto es que cada uno de los que estuvo presente vivió un encuentro emotivo, peleado y jugado en el nivel esperado.
Fuente:RugbyTime.com