¿Podría ser peor para los All Blacks. No es broma? de esta manera arrancó el comentario de la nota sobre la victoria de Argentina sobre los de Nueva Zelanda.
Dado que los All Blacks sufrieron una derrota histórica 25-15 ante Argentina en Sydney, dejándolos con una estadística inaceptable de solo 2 victorias en 5 partido bajo la dirección del entrenador Ian Foster, muchos seguidores todavía y con lágrimas en sus ojos, no logran entender lo que sucedió en la tercera fecha del Tres Naciones.
Aquí hay un fragmento que podría animarlos: Al menos los campeones del mundo Springboks, que se retiraron del Rugby Championship debido a la falta de preparación por el Covid-19, no están presentes para impulsar un nuevo golpe al seleccionado kiwi como lo hicieron Los Pumas en el estadio Bankwest de Sydney.
Y, afortunadamente, los All Blacks nunca tuvieron que enfrentarse a Inglaterra en Londres. Ese partido, formaba parte de la ventana de noviembre el cual fue suspendido por la pandemia.
Imagínese el daño que podría infligir un equipo de Inglaterra dirigido por Eddie Jones si jugara como lo hizo contra los argentinos.
Pensar, hace quince días, cuando los All Blacks golearon a los Wallabies por un récord de 43-5 en Sydney, parecía que iban a continuar por esa senda ganadora durante el resto de las Tri Nations, pero no. No fue así. Ahora se trata de controlar los daños ya sufridos.
Con solo un partido por jugar contra Los Pumas en Newcastle el 28 de noviembre, sus posibilidades de levantar el título de las Tres Naciones son remotas.
Solo ellos tienen la culpa. No hay excusas. Cualquier conversación sobre los All Blacks lejos de casa y de sus seres queridos, el calor australiano y la constante incertidumbre creada por Covid-19 debería ser desterrada.
Nada de esto molestó a los jugadores de Argentina, que soportaron una acumulación turbulenta y no habían jugado un test en 13 meses.
Se esperaba que los dirigidos por Mario Ledesma fueran aplastados bajo las huellas de los All Blacks; en cambio, con el inspirador capitán y número 6, Pablo Matera, operando como si estuviera imitando a King Kong en defensa y en los rucks, ellos fueron los que atacaron repetidamente a los All Blacks como un tanque blindado.
El capitán de los All Blacks, Sam Cane, y sus compañeros forwards nunca pudieron controlar cada punto de contacto; ya que tal vez estaban esperando que el pack de los Pumas se quedara sin combustible debido a la falta de forma física y al calor.
Si así fuera, se sentirían terriblemente decepcionados. Incluso cuando Foster dio un par de órdenes en el vestuario, pero fueron Los Pumas quienes aceleraron el ritmo.
Los All Blacks, inexplicablemente, perfeccionaron el arte de cometer errores elementales; Richie Mo’unga, quien destrozó a los Wallabies en Sydney, falló pateando un penal al touch el cual se fue directamente por la línea muerta antes de irse al entretiempo el cual arruinó cualquier posibilidad de anotar un try desde un lineout.
El hooker de reemplazo Codie Taylor dos veces no pudo conectar sus lanzamientos en salto con la segunda línea, y este último error destruyó las esperanzas de construir un maul cerca de la línea de try.
La mala disciplina, nuevamente, fue un problema, al igual que lo fue en la derrota ante los Wallabies en Brisbane una semana antes. Y cuando el reloj empezó a correr, los All Blacks se volvieron aún más erráticos.
En el minuto 68 unieron 12 fases sin romper la línea defensiva, un tema familiar en todo momento, y cuando Mo’unga intentó una patada corta, fue directo a un oponente.
Cuatro minutos más tarde, el reemplazo número 8 Hoskins Sotutu hizo una carrera explosiva en un scrum en ataque y luego lanzó un pase salvaje a Damian McKenzie el cual se fue por línea de touch.
Seguiría lo peor. El medio scrum suplente, Brad Weber, tomó un rápido toque después de un penal en zona roja, cuando un scrum o una patada al touch era la opción racional. Matera atacó, asegurándose la pelota para que más tarde llegué el festejo argentino.
Todo será objeto de escrutinio en los próximos días, incluido el liderazgo y las tácticas de Cane. La reputación de los All Blacks ha recibido una terrible paliza. Foster está contratado hasta finales de 2021. Debe estar agradecido por eso.
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