En cada año nuevo trazamos planes y dibujamos ilusiones. Pero en estos primeros pasos de 2021 la pandemia parece lejos de irse, y también es incierto cuándo se terminarán de completar los distintos procesos de vacunación. De todos modos, se pueden ensayar cinco escenarios que afrontará el rugby, doméstico e internacional, en estos doce meses.
La competencia en la Argentina. Tras un año anormal, sin campeonatos y con los clubes cerrados, todavía es incierto el panorama local. Mientras la URBA anunció un fixture sin cambios, en otras Uniones del país se decidió regresar pero bajo la modalidad de tocata, en algunos casos, y de seven o tag rugby, en otros. O sea, sin contacto. Es posible que la inactividad de 2020 presente a la hora de la reanudación menos jugadores y clubes en aprietos económicos. La preocupación se advierte en cada esquina. Por el lado de la UAR, se sabe que se seguirá descartando el Argentino de Uniones, pero también se mencionan problemas financieros para la organización de los Nacionales de clubes y los Regionales. El rugby de clubes es el 99% del rugby en la Argentina.
La alta competencia. Finiquitado el Super Rugby tal como se jugó entre 2016 y comienzos de 2020, la franquicia Jaguares quedó desarmada. La mayoría de los titulares de los Pumas seguirán sus carreras en equipos de otros países, por lo cual se inicia una nueva etapa para buscarle competencia a los que se quedaron en la Argentina. La UAR pondrá todo en la Super Liga Sudamericana (SLAR). Ya decidió romper el vínculo con el dueño de la franquicia Ceibos -se viene un conflicto judicial, ya que había un acuerdo firmado por 5 años- y presentará a Jaguares XV, con staff y jugadores contratados por la Unión. Otro lote de jugadores los repartirá en las demás franquicias, especialmente de Colombia y Paraguay. Sin embargo, no hay nada oficial ni tampoco seguro.
El plano internacional. El gran acontecimiento rugbístico de este año es la gira de los Lions por Sudáfrica. Otra vez, como en 2017 con los All Blacks, el mítico combinado británico-irlandés tiene previsto enfrentarse a los campeones del mundo. Pero el viaje pende de un hilo. Gran Bretaña está en su peor momento por el covid y, encima, con una cepa nueva que llegó desde Sudáfrica. El gran negocio está en los 35 mil hinchas que llevan los Lions, por lo cual es impensable que se juegue sin público. Antes de fin de mes se define. La misma incertidumbre le cabe al Seven para los Juegos Olímpicos de Japón. Nuevas opciones a observar: las franquicias sudafricanas en Europa y las ligas millonarias de Japón y Estados Unidos.
¿Un límite? Las denuncias y querellas de un grupo de jugadores por daños cerebrales abrieron a fin de año un nuevo frente para la World Rugby. A 25 años de la declaración del profesionalismo han aparecido numerosas críticas de los protagonistas directos por el rumbo que tomó el juego. ¿Habrá cambios de reglas nuevamente? El rugby está en una encrucijada con su destino. Una clara muestra de las distintas visiones fue la elección que en mayo Bill Beaumont le ganó por sólo 5 votos a Agustín Pichot. Para seguir de cerca.
La política. En marzo de 2022 hay elecciones en la UAR, por lo cual 2021 será un año de armado político. Tras un 2020 en el que la dirigencia estuvo en el ojo de la tormenta, de la posición de Tucumán, de un clima de disconformidad que se expresa en cada charla y de una caja poderosa que empezó a vaciarse (dejarían de auspiciar fuertes empresas), habrá que ver cómo se define el escenario. Hubo un acuerdo para que en 2022 la presidencia vuelva a la URBA de la mano del actual vicepresidente, Gabriel Travaglini, para nada se puede dar como definido. ¿Qué hará Pichot, quien luego de una década de absoluto protagonismo salió de las fotos en los últimos meses? ¿Jugará Hugo Porta? ¿Dónde se ubicará el resto de las Uniones? Es otro partido.
Por: Jorge Búsico
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