Todos los argentinos nos llenamos la boca con Los Pumas, elogiando no solo su juego, sino su conducta y responsabilidad. Sin embargo los mismos que hace un año y medio los trataban de mercenarios, pretenden una vez más discriminarlos a su regreso al país.
Todos los argentinos nos llenamos la boca con Los Pumas, elogiando no solo su juego, sino su conducta y responsabilidad. Sin embargo los mismos que hace un año y medio los trataban de mercenarios, pretenden una vez más discriminarlos a su regreso al país. Por eso si se concretase la pretendida reforma estatutaria de la UAR, ni Manuel Contepomi, ni Martín Durand, ni Gonzalo Longo, podrán estar jugando en sus clubes argentinos hasta julio.
Mientras Uruguay presenta y le aprueban un plan estratégico viable y sencillo, por el cual inclusive tendrá mayor competencia (con costos a cargo de la IRB) con seleccionado provinciales argentinos (beneficiados por la gestión uruguaya); en la Argentina, excluimos a quienes vuelven a jugar al país tras un paso por el exterior.
Los mismos que estuvieron prestos a colgarse de los éxitos de Los Pumas, que son los mismos que hace un año y medio motivaron la primera y única renuncia colectiva de jugadores al seleccionado nacional; que son los mismos que los trataron de mercenarios; ahora discriminan a quienes vuelven a Argentina.
Dice el artículo 15º del proyecto de estatuto reformado: Aquellos jugadores que hayan actuado en el rugby profesional en el exterior, sólo podrán participar en Torneos Locales una vez transcurrido el plazo de seis meses desde la incorporación efectiva del jugador a los equipos representativos de su Club.
En caso que con posterioridad dicho jugador actuare nuevamente en el rugby profesional en el exterior, sólo podrá participar en Torneos Locales habiendo transcurrido un plazo de un año desde la incorporación efectiva del jugador a los equipos representativos de su Club. Si el jugador volviese a actuar en el rugby profesional en el exterior, el citado plazo se extenderá a dos años.
Como se aprecia una norma absolutamente discriminatoria, que en nada favorece el tránsito hacia el profesionalismo y aleja aún mas a los jugadores del país.
Pero no es la única. Hay más.
Esto equivale a decir que tres de Los Pumas, medallas de plata en el último Mundial de Francia, al menos hasta Julio no podrán jugar en sus clubes si prospera la reforma.
Ni Manuel Contepomi lo haría en Newman; ni Martín Durand en Champagnat; ni Gonzalo Longo en el San Isidro Club. Ni pensemos en la enorme cantidad de jugadores no tan exitazos ni conocidos, que van y vienen en cada año, algunos ni siquiera piden pase.
Esta es la amplitud con que se manejan quien propugnan las reformas. Declaman una cosa y hacen otra y no por tenernos acostumbrados dejan de sorprender.
En la foto, Gonzalo Longo marca su try frente a Escocia. Como aplaudimos esa conquista; ahora queremos discriminarlo.
Por Manuel Arrias (Tercertiemporugby.com.ar)