Defectos y virtudes del próximo rival de Argentina en el Mundial de rugby. Opinan ex Pumas, que prevén un encuentro friccionado y parejo.
BUENOS AIRES — La rápida eliminación de Nueva Zelanda y Australia de este Mundial de rugby 2007 dejó a un claro favorito de cara a las semifinales: Sudáfrica. Los Springboks, rival de Los Pumas en el futuro próximo, son la única superpotencia que sobrevive en el torneo. Pero, ¿es la historia, apenas, la que señala a esta selección africana como candidata? ¿O es también el rendimiento individual y colectivo de un conjunto que ganó todos los encuentros que jugó?
Primero, los méritos. Este equipo basa su juego en tres pilares ofensivos fundamentales: la fortaleza de su pack de forwards, que le permite la obtención de pelotas limpias para jugar rápido con los backs; la potencia para desnivelar en el centro de la cancha, y la velocidad de sus wines. A eso le agregan un rigor físico que parece inagotable, y un pateador temible y certero: Percy Montgomery, goleador del Mundial.
Los delanteros se apoyan en dos figuras: Os du Randt y Victor Matfield. Du Randt, pilar y único miembro del plantel que fue Campeón del Mundo en su tierra en 1995, es casi una figura de culto en el rugby mundial. Tiene 35 años, pesa 125 kilos y mide 1,90; y es la pieza clave en la que se apuntala un scrum sólido. El segunda línea Matfield, en cambio, asegura con su altura (2,01m) y con su capacidad de salto, una buena obtención en el line.
Anularlos será algo fundamental para Los Pumas si se quieren quedar con el partido. "El aspecto principal a tener en cuenta va a ser la batalla de forwards, y obstruir las fuentes de obtención para que no puedan salir con pelotas limpias", asegura Pablo Gambarini, que estuvo junto al plantel argentino hasta un mes antes del Mundial. "No tenés que jugar de igual a igual en ese aspecto, porque vas muerto. Tenés que a superarlo, a comértelo", analiza el hooker del CASI.
Serafín Dengra, uno de los jugadores argentinos que estuvo en la cancha en la victoria de Sudamerica XV ante Sudáfrica en 1982, coincide: "Albacete y Roncero tienen que mentalizarse para pasar por arriba a sus rivales. Si no, vamos a sufrir". Otro que suma su voz en este aspecto es Rolando "Yankee" Martin, que disputó tres mundiales con la selección argentina. "Lo fundamental es que el pack gane su batalla. Los Pumas deben pelear el line evitar que ellos consigan pelotas cómodas", opina el tercera línea.
Es que si logran jugar abierto, tienen cómo lastimar. Sus wines son livianos y potentes: tanto JP Pietersen como Bryan Habana parecen inalcanzables cuando están lanzados en velocidad. Y en el centro, cuentan con dos bestias: Jacque Fourie y Francois Steyn, que además de tacklear en defensa, tienen buen manejo y desequilibrio físico en cada choque.
Además, hay que sumar cierta superioridad física de los Sprinboks con respecto al seleccionado sudamericano. "Argentina sufrió el rigor de una competencia sostenida, esa que reclama para su calendario anual y aún no tiene. Sudáfrica, en cambio, está acostumbrada a recuperarse rápidamente", analiza Gambarini. Para Martin, "la mentalidad será fundamental, porque el físico favorece levemente a Sudáfrica".
Para todos, hay un equipo equilibrado, con variantes ofensivas y bastante que temer.
DEBILIDADES
¿Dónde falla la maquinaria sudafricana? El partido de cuartos de final contra Fiji dio varias pautas concretas. En principio, a los Springboks les duele un juego desordenado tácticamente: les cuesta acomodarse a un ritmo frenético, como el que les planteó el equipo del Pacífico. ¿Es negocio para Argentina jugar así? "Para nada -asegura Dengra-, el equipo debe ser ordenado y paciente". Gambarini amplía: "Si podés imponer un juego lento y más táctico, les hacés perder la cabeza".
Pero hay cuestiones aún más graves. En su partido de cuartos, los Springboks no se mostraron sólidos en la primera línea defensiva, sobre todo cerca de los rucks, donde los jugadores fijianos recuperaron varias pelotas. "Y además, no me parece que tengan un scum tan fuerte como otros equipos de los Springboks", confiesa Martin. Ese puede ser un punto fundamental para Argentina, fuerte en defensa y atenta de manera constante a la recuperación de pelotas sueltas.
Además, uno de sus méritos se les vuelve en contra. Tanto Habana como Pietersen, peligrosos en ataque, dan grandes ventajas a nivel defensivo. "Les gusta más correr que tacklear", dice, tajante, Avramovic. También se puede destacar que su pareja de medios -Fourie du Preez y Butch James- aunque correcta, no es desequilibrante como puede llegar a serlo, hoy en día, la dupla argentina Pichot-Hernández.
Otro defecto grave de los sudafricanos fue subestimar a los oceánicos en aquel último partido. Un error que, a priori, parecen dispuestos a repetir. Al menos el entrenador, Jake White, que ya había declarado su conformidad por enfrentar a Argentina en semis, confirmó su soberbia: "Va a ser lindo jugar contra ellos porque nunca nos ganaron", afirmó esta semana.
Si esa actitud se contagia, y los Springboks juegan con la misma displicencia que en sus cuartos de final, Los Pumas pueden aprovechar su mentalidad para dar un golpe grande Uno más en un Mundial lleno de golpes.
¿HAY CHANCES?
Ahora bien, ¿Argentina puede pelear de igual a igual con los Springboks? Los ex Pumas son optimistas, aunque prevén un partido peleado. "Existe un 50 por ciento de posibilidades para cada uno. Es un partido que se va a definir en los últimos diez minutos", sostiene Martin. Para Dengra, "el encuentro será áspero, friccionado y parejo, nada bueno para ver por el estilo de juego de cada uno y por la tensión que tendrán los dos combinados". Según Gambarini "va a ser el partido más difícil del Mundial". "Tienen chances de ganar, pero deben cometer muy pocos errores", asegura Avramovic.
Todos confían en el plantel de Loffreda, aunque coinciden en un aspecto: las diferencias en el resultado van a responder a pequeños detalles de mentalidad, de físico o de juego. Detalles que en el equipo sudafricano, al menos ante Fiji, sufrieron cortocircuitos.
Por Pablo Cheb Terrab
ESPNdeportes.com