Tic tac, tic tac, tic tac… se mueve el reloj, el segundero suena cada vez más fuerte y el pulso se acelera. En 31 días, un mes entero, el sueño de tantos se hará realidad.
Falta un mes completo para que en el mítico Newlands Stadium, en el verde barrio de Rondebosch, detrás de la Montaña de la Mesa y con el olor a cebada de la cercana fábrica de cerveza en la nariz, Los Pumas marchen detrás de su capitán Juan Fernández Lobbe en su debut en el Rugby Championship.
Que el arranque sea en Sud-áfrica tiene una cierta connotación y consonancia con la historia rugbística argentina. Esa que tuvo a aquel país jugando roles claves en el desarrollo del rugby criollo hace muchas décadas y en épocas recientes. Allá por 1932 vinieron los primeros Junior Springboks de gira por el país y cuando regresaron en el 59 hicieron una promesa que nadie pensó se cumpliría: que Argentina jugaría en el continente negro.
De la promesa al hecho pasaron seis años y aquel primer viaje fue tan importante que en esa excursión de 1965 se acuñó el nombre de Los Pumas y esa generación sigue dando vueltas en el rugby autóctono habiendo ocupado cargos de privilegio, pues hubo entrenadores del seleccionado y hasta un presidente de la UAR.
Le siguieron varias generaciones que no pudieron continuar esa relación con Sudáfrica debido a la horrenda política de Apartheid que mantenía ese país. Hubo sí, ocho test-matches con un combinado de Sudamérica XV, uno de los cuales fue victoria para 15 argentinos, el del 82 en Bloemfontein.
Los Springboks regresaron al ruedo internacional en 1992 y en 1993 visitaron Argentina. Recuerdos de esa gira incluyen el triunfo de Buenos Aires, la batalla campal que se disfrazó de partido en Tucumán y el primer test en el que Los Pumas quedaron a tres puntos. Los siguientes dos partidos fueron en una renovada Sudáfrica, ya con el enorme Nelson Mandela al frente de un país que por entonces buscaba su identidad. Los Pumas estuvieron en Newlands, pero solamente como espectadores el mismo día que aterrizaron para una gira de seis partidos. Tampoco jugaron bajo la sombra de la Table Mountain en el Mundial 1995 o en los partidos de los viajes del 2003 y 2008.
Aquel partido de 2008 fue para celebrar el 90º cumpleaños de Mandela y viajaron unos Pumas nuevos o sin pretemporada. Aguantaron en la altura del Ellis Park un tiempo, ya que después los Springboks los pasaron por arriba.
Cruzar el océano Atlántico no será tan directo como solía ser hasta hace pocos meses. Para llegar a Ciudad del Cabo, Los Pumas deberán ir hasta Johannes-burgo para luego bajar a la fantástica ciudad costera. El regreso tendrá además escala en San Pablo.
En el plantel habrá Pampas que durante dos de sus tres años en la Vodacom Cup -enorme invitación de los sudafricanos- estuvieron con base en Stellen-bosch, a media hora de Ciudad del Cabo. Ellos ya jugaron en Newlands alguna vez, Los Pumas sólo jugaron dos veces: en el 65 y en el 71, ambas contra las Universidades del Sur.
Faltan 31 días y unas horas para que el mundo ponga sus ojos en este seleccionado argentino que acaba de completar su pretemporada física más dura; mucho más exigente que en la previa de los Mundiales 2007 y 2011. Saben los jugadores y el cuerpo técnico que lo que se viene empieza este 18 de agosto a las 12 del mediodía argentino.
Lo duro de la contienda, lo difícil de los rivales y el costo físico de los viajes marca que ni Springboks, All Blacks o Wallabies jugarán con un mismo equipo los seis partidos. No lo hicieron cuando era el Tres Naciones y no lo harán ahora.
Entonces, el rol protagónico lo tomará el plantel. Ya no es sólo el quince titular, un equipo es tan bueno como los suplentes que tiene. Hay puestos bien definidos y otros no tanto. Se supone que se sabe quién usará la 2, la 4, la 7 y 8, la 10, la 12, 13 y 14. El resto son incógnitas o por la paridad de los candidatos o porque las dudas que generan quienes están marcan la falta de un titular claro. Por lo que sea, aventurar un equipo titular para este primer partido es, en este momento, difícil y sólo obedecería a los gustos personales.
Es clave empezar con el pie derecho, lo que no necesariamente significa el triunfo. Si bien a este nivel ganar es todo, se sabe que enfrente hay tres equipos superiores al argentino desde lo actual a lo histórico. Difícil es hoy definir que es lo que se aceptará como un buen desempeño de Los Pumas. Eso también surgirá de los objetivos del plantel.
Con Juan Fernández Lobbe de capitán y un grupo de jugadores hambrientos y que entienden que están en la puerta de la historia, no caben dudas que las diferencias -de haberlas- serán porque ellos son mejores. Ya hay una mejor onda en el equipo; los líderes son democráticos y buscarán que todos estén contentos.
Encarar lo que viene requiere el ciento por ciento del esfuerzo de todos. Servirá para encontrar el verdadero nivel de Los Pumas y del rugby argentino. Los próximos 31 días son claves para encontrarse con el juego que quiere Tati Phelan.
Mientras tanto, los segundos pasan y el ruido se convierte en ensordecedor: tic tac, tic tac…
Por: Frankie Deges
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