El seleccionado neozelandés, con muchas de sus figuras, se entrena en Buenos Aires para el choque con los Pumas, el sábado próximo, en Vélez.
El seleccionado neozelandés, con muchas de sus figuras, ya se entrena en Buenos Aires para el choque con los Pumas, el sábado próximo, en Vélez; “Será un gran desafío para nosotros”, anticipó uno de los técnicos; los jugadores hablan de Pichot, Contepomi y Hernández.
El niño mira con asombro a ese muchacho de brazos anchos, cuerpo fibroso y altura considerable. Sorprendido, le pregunta a su padre si todos esos jugadores que corren alrededor de la cancha son así de grandes. “Cuando se ponen la camiseta negra crecen todavía más”, le responde con una sonrisa el hombre a su hijo, maravillado por la fortaleza de los All Blacks, que ya se entrenan en Buenos Aires con vistas al test-match con los Pumas, el sábado próximo, en el estadio de Vélez.
El mejor rugby del mundo está aquí. El físico, la destreza y la potencia marcan la diferencia con los otros equipos. Parecen de otro planeta. Tal vez Sudáfrica y Australia pueden ser selecciones semejantes, con una estructura superprofesional, un entrenador para cada puesto y una preparación inigualable.
Tras ganarle en la serie a Irlanda 2-0, Nueva Zelanda llegó a nuestro país como escala final, previa a su participación en el Tri Nations. Incluso el coach, Graham Henry, tomará el encuentro con los Pumas como la evaluación final para la definición del plantel que competirá en el certamen junto a los sudafricanos y australianos. Por lo tanto, incluyó en el grupo a jugadores consagrados y habituales titulares, como Dan Carter o Jerry Collins, y a otros novatos, como el wing Scott Hamilton, que debutará el sábado a la noche en Vélez.
“Ante la Argentina será un gran desafío para nosotros. Debemos ser disciplinados porque entorpecen mucho el juego. Si no abrimos el juego podemos complicarnos. No me sorprendieron los triunfos sobre Gales”, señala Steve Hansen, el entrenador de los backs.
El plantel neozelandés estuvo en Vélez el domingo último y observó de cerca la actuación de los Pumas ante Gales. “Será un partido difícil, son fuertes. Además Contepomi y Pichot agilizan los movimientos y son veloces. Y Hernández tiene un buen juego aéreo”, opinó el wing Rico Gear, jugador de Crusaders, después del ensayo en el Club Centro Naval, de esta capital.
El último antecedente entre los Pumas y los All Blacks fue hace dos años, cuando los hombres de negro vencieron 41 a 7, en la ciudad de Hamilton. Los argentinos, de 12 enfrentamientos, nunca pudieron ganar. Apenas consiguieron un empate (21-21, hace 11 años, en Ferro). Y en 2001, en la cancha de River, casi logran la hazaña: fue 20-24.
“La clave del test del sábado estará en el juego de forwards porque ellos tienen un pack muy fuerte. Pero cuidado que a nosotros, los backs, nos gusta atacar, así que también puede ser importante”, confió el fullback Leon Mac Donald, que jugó ante los Pumas en la victoria 67-19, hace cinco años, en Christchurch.
La organización del entrenamiento en Centro Naval sorprende. Por un lado, los forwards, a cargo de Wayne Smith, y en el otro, los backs, con Hansen. Además, hay asistentes especiales para cada puesto. Cada movimiento es supervisado por Henry, que no deja por nada en el mundo su block de anotaciones. Cada jugador tiene su número y las iniciales en la indumentaria. Y para dialogar con la prensa cuentan con una agenda preestablecida. Mañana, por ejemplo, será el día en que el apertura Carter, el mejor del mundo en su puesto según la IRB, esté autorizado a charlar con los medios. Extrañamente, hace un mes que los neozelandeses tienen definido el conjunto titular que chocará con los Pumas. Algunos datos: el promedio de altura y peso del equipo es de 1,86 y 102 kilos.
Es cierto que la realidad del mundillo All Black es demasiado distante a la del rugby argentino. Pero ellos se toman el test-match del sábado con respeto. Saben que enfrente estarán los Pumas, más allá de las diferencias existentes.
Un partido de fútbol tras el entrenamiento
Tras la práctica en Centro Naval, apareció la pelota redonda y algunos rugbiers jugaron un partido de fútbol. “En el Mundial apoyamos a Australia. Me sorprende cómo se vive el fútbol aquí”, dijo el fullback Leon Mac Donald.
Por Nicolás Balinotti (De la Redacción de LA NACION)
Fotos: Diario La Nación