Dialogamos con algunos pilares. Dos con experiencia mundialista y uno con muchas ganas de tenerla. Dos -los de la experiencia en Georgia- están en su primera concentración post mundial y el restante, suma varias y se esfuerza para seguir en las convocatorias.
Algunas palabras que aparecerán de manera recurrente: esfuerzo, ganas, aprendizaje y trabajo.
Mayco Vivas es pilar derecho. Es oriundo de Rafaela, pero ya está afincado en Rosario. Fue a Georgia y desde que regresó “estaba esperando la convocatoria porque hacía rato que no estaba… un poco de ansiedad te agarra, van pasando las Concentraciones y tu nombre no aparece y te empezás a preguntar si vas a volver a estar. Ahora estoy súper contento. Volver a empezar como si fuera de cero, reencontrarte con tus compañeros. Lo disfrutás… lo que pasa es que cuando uno está en la Concentración es como que está metido en eso y cuando no estás, te preguntás o te decís a vos mismo “¡por qué no lo disfruté más!” y bueno, en eso estamos. Tomando ritmo nuevamente“.
Rodrigo Martínez es de Mendoza, fue al Colegio Marista pero es de Los Tordos. Dicen que es un muy buen estudiante y siempre supo, siempre tuvo en mente crecer como jugador en el sistema. También estuvo en Georgia y como Mayco, dice “Tal cual, es así. Uno quiere estar siempre y cuando no está, comienzan las preguntas. Igual creo que todos seguimos trabajando duro para estar y teníamos fe. Coincido en que volver a saber que uno viene a la Concentración es muy lindo y te llena de emoción y las ganas vuelven, mentalizado en lo que hay que hacer. Eso es fundamental”.
Añade que “El post mundial fue duro, porque me lesioné y estuve un tiempito sin jugar. Me sirvió para descansar también y para poner las cosas en perspectiva. me recuperé de la lesión y comencé a entrenar y al poco tiempo, a jugar en primera ya. Y para mí, aún a pesar de estar jugando con gente más grande y todo, lo del Mundial en términos de lo que significa no se puede explicar. Hay que vivirlo… jugás a máxima intensidad cada cuatro días, a un ritmo terrible“.
Mayco cuenta que “Volví y lo primero que hice fue volver a casa en Rafaela, puse la cabeza en cero unos días y después volví a jugar, debuté en primera y ahí ta das cuenta de la diferencia abismal entre lo que es jugar en juveniles y jugar en la primera. tan abismal como la que es jugar un mundial y jugar en primera. la intensidad, velocidad y dinámica de un Mundial no tienen comparación para mí“.
Lleva tiempo
Como primeras líneas, saben que en su puesto llegar al tope del rendimiento lleva mucho tiempo. Años. Rodrigo analiza con claridad que “A nosotros como pilares, a nuestra edad, nos falta un montón de trabajo porque es un puesto que lleva tiempo para alcanzar la solidez necesaria. Nosotros ya jugamos con las nueva reglas en el Mundial y como todo, requiere adaptación y tiempo, pero no hay misterios, es todo cuestión de tiempos. Con trabajo se soluciona“. Mayco va por el mismo camino. “Es así… más te entrenás, más mejorás. Y lo de la edad es así también, es verdad. Pero la solución del scrum no tiene ninguna cosa rara. Yo entendí que mientras más tiempo nos entrenemos en el scrum, más vamos a ir mejorando con el tiempo. No hay mucha vuelta con eso: hay que agachar la cabeza y entrenar“.
El Mundial te cambia
Rodrigo y Mayco además de ser pilares y compartir puesto, mientras uno habla el otro asiente con la cabeza. Comparten también la forma de pensar, muy parecida. “Aprendí que para una competencia así hay que estar al 100 en todo momento. Donde hay una mínima desconcentración, chau. Es un torneo muy demandante física y mentalmente” asegura Rodrigo y Mayco agrega que “yo aprendí que es tan rápido y tan exigente que nada alcanza, siempre hay que estar pensando en que el gran esfuerzo de ese partido que ya pasó va a volver a ser máximo en pocos días y que si el resultado no acompaña, hay que seguir“.
Faltaba otro pilar. El del sueño de Mundial. Iván Nemer es marplatense y a la vista, dos cosas: siempre con una sonrisa y predispuesto para charlar. Locuaz como pocos, explica que “cada concentración que pasa, a uno le van agregando cada vez más detalles que los usamos para mejorar y es así, vas mejorando mucho a medida que pasa el tiempo. Eso, en lo rugbístico. En lo grupal, se produce mucho eso que el tiempo de estar juntos te da confianza y vas generando una amistad. Con los de tu unión o región, obvio porque los ves siempre, pero está buenísimo cuando te reencontrás con algunos de los chicos en otra concentración. Sirve mucho al grupo“.
Pilar no desde la cuna, sino como muchos otros casos, un tercera línea devenido pilar, y con honestidad brutal. “Lo que me ayudan es que en mi puesto si bien a mí me gusta mucho estar encima de la pelota y correr por mi pasado de tercera línea, tengo que mejorar en defensa, meter más y mejores tackles y ajustar cosas del scrum. Sé que sin dudas que se va aprendiendo de a poco y coincido en que con la edad vas mejorando, que no es que enseguida aprendés una cosa técnica y ya sos bueno. Lleva tiempo asimilar ese aprendizaje. A mí me faltan cosas y esas cosas en las que tengo que mejorar, cuando estamos acá, la ayuda y el seguimiento es constante y muy enriquecedor. Cuando volvés al club ya sabés bien en qué hay que poner foco“.
Y sobre la exigencia de cada Concentración, asegura que “En el club no paro de correr nunca, siento que tengo mucha movilidad, creo que estoy siempre encima de la pelota y de golpe, cuando llegás acá, ves que bueno… corrés pero no corrés ni una parte de lo que creías, y así con muchas cosas. Acá para seguir siendo convocado no hay lugar ni tiempo para dejar de esforzarse. Eso es algo que me parece fundamental. Si uno tiene un objetivo -entre otros, porque no es un único objetivo- como puede ser jugar un Mundial, hay que saber que va a haber que dar una esfuerzo extra en todo“.
Comunicación UAR
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