Stéfano Ambrosio reconoció la gran capacidad de Tala para sobreponerse tras un mal primer tiempo donde caían 23-6. En la segunda parte el conjunto cordobés lo dio vuelta y ganó 33 a 26.
Newman y Tala no sólo se repartieron un tiempo para cada equipo. Ambos mostraron una versión en la primera parte y cambiaron radicalmente para la segunda. El local dominó todos los aspectos del juego en los 40 minutos iniciales y después cedió el protagonismo. La visita, por su lado, empezó muy mal y pudo haber sufrido una goleada, pero revivió y mostró actitud de candidato en el final del partido.
Stéfano Ambrosio, apertura y capitán de Tala, compartió sus sensaciones tras este gran duelo explicando que “lo importante que nos dejó el partido es la enseñanza del partido de hace un año en esta misma cancha, que tuvimos un penal para patear a los palos. Lo pateamos, lo erré y se nos vinieron. El sábado tuvimos dos penales para patear a los palos y en los dos fuimos al line, y se nos dio el try. Creo que aprendimos del error del año pasado”.
Él ya no estaba en la cancha cuando eso pasaba, dado que salió con sus dos gemelos acalambrados luego de una gran corrida para el try de Gonzalo Ruiz, cuando Tala se puso 26 a 25. Después, con él aún dentro del campo, el centro Cristian Nacassian cambió un penal por los tres puntos que adelantaron a los cordobeses en el marcador por 28 a 26. Y, sobre el final, llegó la conquista de Martín Freytes para Tala, tras un maul.
“Fuimos un equipo en el primer tiempo y otro equipo en el segundo. Nos fuimos 23 a 6 abajo y en el segundo tiempo hicimos 27 puntos contra 3. Eso quiere decir que fuimos dos equipos totalmente distintos. Cambiamos el chip en el vestuario y nos dimos cuenta que si no cambiábamos, no sólo perdíamos sino que estábamos cerca de comernos 40 puntos”, añadió Ambrosio.
Por otro lado, volviendo a reflexionar sobre lo que pasó en el primer tiempo, el apertura cordobés contó que “Newman salió a jugar con una actitud y una vehemencia muy grandes. Nos ganaban en los puntos de contacto, nos ganaban los duelos y sentía que estaba jugando contra los All Blacks. Había una diferencia abismal y era la cabeza”. Y, sobre el segundo parcial, sostuvo: “cambiamos la cabeza y creo que siempre es mejor tener un primer tiempo malo y un segundo tiempo bueno. Porque en los últimos minutos terminamos con la moral arriba y ellos abajo”.
Para concluir, Ambrosio cerró su discurso diciendo, tajante, que “lo del primer tiempo no se puede volver a repetir. Esta vez lo dimos vuelta, pero otro partido lo perdemos. Hoy se vio la madurez de un equipo que lleva un año aprendiendo y jugando todos juntos. El equipo tuvo temperamento, fue muy valiente para jugar el segundo tiempo y también tuvo amor por la camiseta, lo que nos hizo dar vuelta el resultado”.
Jerónimo Tello – UAR
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